Empieza a resulta difícil, hasta para los que hemos estado escribiendo de todas las novedades del Mobile World Congress 2015, todos los lanzamientos del evento. Sin embargo, hay uno que ha llamado especialmente la atención, y es el del ZTE Grand S3, uno de los nuevos smartphones de la compañía, que quiere dejar de lado a los lectores de huella dactilar, integrando un sensor ocular biométrico.
La clave está en los ojos
Con el ZTE Grand S3 te vas a poder olvidar de los lectores de huella dactilar, pues integra una nueva tecnología todavía más segura que el lector del iPhone 6 o el Samsung Galaxy S6, y es un sensor ocular biométrico, que utiliza tus ojos para identificarte. En lo que respecta a la utilidad de esto, nos encontramos con lo mismo que en el caso del lector de huella dactilar, todo reside en identificar al usuario para poder desbloquear la pantalla, realizar pagos móviles, o utilizarlo como una contraseña. El sensor es capaz de detectar en nuestro ojos elementos únicos en cada ser humano, por lo que es capaz de identificarnos. Utiliza la tecnología EyeVerify, siendo así el primer smartphone en contar con dicha tecnología. Para ello, utilizará la cámara frontal de ocho megapíxeles. El proceso es algo más lento que el del lector de huella dactilar y tiene el inconveniente de no poder realizarse sin suficiente iluminación. No obstante, es más seguro, pues hoy en día es mucho más fácil conseguir nuestra huella dactilar, que nuestra retina. Eso sí, ZTE aún no va a activar dicha tecnología, por lo que todavía habrá que esperar unos meses para conocer cómo funciona.
Un smartphone insignia
No obstante, el ZTE Grand S3 no destaca simplemente por esa característica llamativa, sino que además es un gran teléfono inteligente, tal y como demuestran sus componentes. Y es que, estamos hablando de un smartphone con una pantalla de 5,5 pulgadas, con una resolución Full HD de 1.920 x 1.080 píxeles. La memoria RAM alcanza los 3 GB por lo que llega al nivel de la memoria RAM del Samsung Galaxy S6 y del HTC One M9. Aun así, su procesador es peor, pues es un Qualcomm Snapdragon 801, un procesador con un año ya de antigüedad. Aunque sigue siendo un gama alta, de cuatro núcleos, y con un gran rendimiento. A esto habría que sumarle una cámara principal de 16 megapíxeles, con una cámara frontal de ocho megapíxeles, que es la que se encargará de realizar la lectura ocular biométrica.
Sin duda, hablamos de un smartphone de gama alta, aunque quizás a unos pasos de llegar a ser un verdadero buque insignia. Su precio de unos 430 euros, sin embargo, lo convierte en un smartphone muy equilibrado en relación calidad/precio. Veremos a ver cuándo llega a España y el precio final al que está disponible en su lanzamiento.