Android N y la detección de presión: hacia un 3D Touch por software, atajos y el papel de los fabricantes

  • Android puede detectar “presión” por software analizando área de contacto y usando redes neuronales.
  • Los Launcher Shortcuts y el gesto Deep Press aceleran la pulsación larga sin hardware dedicado.
  • Fabricantes y comunidad exploran ClearForce, bordes táctiles y módulos como Xposed.
  • Beneficios claros en productividad, con retos de fragmentación y adopción por parte de apps.

Android N 3D Touch detección de presión

El iPhone 6s innovó con una característica que hasta ese momento no había llegado en ningún smartphone (excepto en el Huawei Mate S lanzado poco antes), que era la detección de presión en la pantalla. La lectura de niveles de presión abrió la puerta a nuevas interacciones y accesos directos. Está por determinar si de verdad será el futuro de los móviles y si es algo realmente útil, pero parece que no será una característica que vaya a estar presente en el lanzamiento de la nueva versión del sistema operativo Android N.

Ya hay móviles con esta tecnología

Hay móviles con Android que cuentan ya con una tecnología de detección de presión similar al 3D Touch del iPhone. El Huawei Mate S es uno de esos casos, por ejemplo, y se lanzó incluso antes que el móvil de Apple. Pero hay más casos. Hasta Meizu tiene su propia tecnología, mPress. Por todo esto, creíamos y parecía claro que Android N, la nueva versión del sistema operativo que se lanzará, contaría con una tecnología parecida de detección de presión en la pantalla. Esta tecnología en realidad formaría parte de una API común para fabricantes que los fabricantes podrían utilizar, siendo común para todos los móviles Android, y siendo Google el que ofrecería dicha tecnología a los fabricantes, lo que les ahorraría mucho trabajo, y conseguiría que la calidad de dicha tecnología fuera la esperada.

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Sin embargo, parece que finalmente Android N no llegará cuando se lance con esta tecnología. Al menos, eso es lo que nos dicen las últimas informaciones. Se cree que sí podría recibir una actualización en el futuro que incluiría dicha tecnología. Es decir, que no habría que esperar a una nueva versión mayor, sino que ya se lanzaría una actualización de mantenimiento que añadiría esa característica. En cualquier caso, no es una gran noticia para Android, ni tampoco para los fabricantes, que tendrán que decidir qué hacer, si seguir trabajando en sus propias tecnologías, para más tarde integrar la de Google, o si directamente renunciar a dicha tecnología hasta que Google la integre de forma nativa en Android. Mientras tanto, el iPhone 7 ya prepara su lanzamiento para la segunda mitad de este año. Sin duda, un problema tanto para el sistema operativo, como para los fabricantes.

Cómo puede funcionar la detección de presión sin hardware dedicado

Más allá del enfoque puramente físico, Google ha explorado una vía basada en aprendizaje automático para reconocer pulsaciones firmes sin sensores específicos. Los paneles táctiles se componen de filas y columnas de electrodos que forman pequeños condensadores. Aunque estas células no miden “fuerza” de forma directa, sí responden con mucha precisión a variaciones en la distancia y en el área de contacto del dedo.

Cuando presionamos con más firmeza, el dedo aplana más su superficie y “ocupa” mayor área en la matriz táctil. A partir de este patrón, una red neuronal puede clasificar si una pulsación es normal o intensa. En la práctica, el sistema detecta el gesto de “prensa” (similar a accionar un interruptor) y lo procesa en tiempo real para que no exista latencia apreciable. Así se consigue simular una sensación de “presión” por software, sin necesidad de hardware especializado, mejorando la sensibilidad táctil en algunos casos.

Atajos de Android, Deep Press y el papel del software

En las vistas previas de Android N se introdujeron los Launcher Shortcuts, atajos para ejecutar acciones frecuentes desde el escritorio. Desarrolladores como Kevin Barry (Nova Launcher) intentaron implementarlos siguiendo la documentación temprana y se constató que, más que iconos sueltos, se tratarían de gestos sobre el icono. Esto encaja con la idea de distinguir pulsaciones firmes para acelerar la pulsación larga y desplegar menús contextuales, incluso si no hay un sensor de presión físico.

Posteriormente, Google describió el gesto de Deep Press como una forma de “presionar con más fuerza” para disparar acciones que tradicionalmente requerían mantener pulsado. Esta vía permitiría que móviles sin sensores dedicados se beneficien de la experiencia. El planteamiento tiene ventajas claras: los sensores de presión son caros y complejos de integrar, y la solución por software unifica el comportamiento a nivel de sistema sin obligar a cada fabricante a crear su propio camino.

Qué están haciendo fabricantes y comunidad

Mientras llega un soporte totalmente nativo y estandarizado, el ecosistema Android ha probado múltiples rutas. Synaptics, proveedor de controladores táctiles, presentó su tecnología ClearForce para distinguir distintos niveles de presión y añadió funciones como bordes táctiles o detección del dedo sin tocar. Por su lado, algunos OEM registraron marcas como “4D Touch” explorando evoluciones sobre el 3D Touch clásico, aunque sin detalles públicos definitivos.

La comunidad de desarrollo también ha aportado alternativas. Con módulos para Xposed se logró mapear “pulsaciones firmes” a acciones como la pulsación larga o combinaciones de deslizamiento, e incluso distinguir entre nudillos y dedos por diferencias de área. Son soluciones avanzadas que requieren root y no funcionan de forma unificada en todos los modelos, pero demuestran que el software puede suplir gran parte de la experiencia.

Ventajas, límites y experiencia de uso

El mayor beneficio de la presión táctil en Android sería reducir pasos: abrir accesos directos, previsualizar contenido o invocar menús contextuales sin navegar por varias pantallas. Además, si Android estandariza la API, los desarrolladores podrán adoptar la función de modo consistente en sus apps.

Entre los retos, destaca la fragmentación: diferentes fabricantes, paneles y versiones del sistema dificultan una experiencia homogénea. También existe una curva de aprendizaje: los gestos deben ser descubiertos y recordados por el usuario. Por eso Google explora alternativas paralelas como gestos con varios dedos o atajos visibles que no dependan únicamente de la fuerza aplicada en pantallas táctiles.

Para fabricantes, la decisión pasa por apostar por su propia implementación (hardware o software) o esperar a que Google consolide la API de presión y los atajos del lanzador. Para los usuarios, el objetivo es claro: interacciones más rápidas, sin sacrificar latencia ni precisión.

La combinación de atajos en Android, detección por aprendizaje automático y la experiencia previa de los OEM con soluciones de presión dibuja un escenario en el que la “tercera dimensión” del tacto podría madurar sin necesidad de sensores específicos. Si Android N no incorpora la función de salida, todas las señales apuntan a que el ecosistema seguirá avanzando para ofrecer pulsaciones firmes más útiles, coherentes y ampliamente disponibles.