Que las llamadas de spam son una molestia, es algo que todos tenemos muy claro. Llegan en cualquier momento del día, y no suele ser solo una. Si no coges o cuelgas, es posible que a los pocos minutos te llamen desde el mismo número o desde otro diferente.
Además, parece que van por rachas, y hay momentos en los que este tipo de llamadas se intensifican todavía más. Veamos qué es lo que está ocurriendo.
¿Qué son las llamadas de spam?
Tienen esta consideración todas aquellas llamadas que tienen fines comerciales o fraudulentos y que recibimos sin haberlas pedido. Pueden proceder de empresas totalmente legales que nos quieren vender sus productos o servicios, pero en muchos casos son estafas.
Las más comunes son:
Telemarketing legítimo
Empresas de las que hemos sido clientes o que tienen permiso para llamarnos porque nosotros se lo hemos dado en algún momento (aunque no sepamos cuándo), y nos quieren ofrecer sus productos o servicios.
Robocalls o llamadas automatizadas
Sistemas que envían mensajes pregrabados de forma masiva. Son llamadas con un contenido genérico y cuya finalidad no siempre está clara. Por ejemplo, en muchos casos se utilizan para saber si un usuario está disponible dentro de una determinada franja horaria.
Estafas telefónicas
Las llamadas de spam más comunes son, desafortunadamente, aquellas con las que nos intentan estafar.
El operador se hace pasar por el representante de una compañía legítima, de un banco, etc., con el fin de obtener nuestros datos personales o dinero.
Estas llamadas están diseñadas para parecer legítimas y utilizan técnicas sofisticadas como el spoofing (suplantación de identidad telefónica) para mostrar un número local o confiable. De esta forma reducen el nivel de sospecha del receptor y aumentan las posibilidades de que este caiga en la trampa.
¿Cómo consiguen tu número de teléfono?
En realidad, que empresas legítimas o estafadores accedan a nuestro número de teléfono no es tan complicado. Tienen varias formas de hacerlo:
Filtraciones de datos
Las famosas brechas de seguridad que sufren las empresas implican que un tercero ha accedido a los datos de los clientes. Esta información se vende después en el mercado negro y, por eso, acabamos recibiendo llamadas spam de forma masiva.
Formularios en línea
Nosotros mismos damos nuestro teléfono al registrarnos en webs, para participar en concursos, para descargar un contenido gratuito… No es extraño que quienes recopilan estos datos se encarguen después de venderlos a una empresa de marketing o a otro recopilador de datos sin nuestro consentimiento. Sí, es ilegal, pero se hace.
Aplicaciones móviles
Muchas apps, especialmente las gratuitas, monetizan su servicio recolectando datos de los usuarios. Si al instalar una aplicación le das permiso para acceder a tus contactos, puedes estar compartiendo el número de teléfono de tus amigos y familiares y contribuyendo a que estos reciban llamadas spam.
Directorios públicos o bases de datos compradas
Puede ser que tu número de teléfono figure en un registro público, por ejemplo el de una asociación, y de ahí lo obtengan. También puede ser que esté en una base de datos comercial que ha sido adquirida por una empresa de telemarketing.
¿Por qué han aumentado este tipo de llamadas en los últimos años?
Aunque se ha intentado regular, el número de llamadas spam que recibimos en nuestros móviles no solo no ha descendido, sino que ha aumentado año tras año.
La razón es que, gracias al avance de la tecnología, este tipo de llamadas son cada vez más fáciles y más baratas de hacer.
Los factores que han impulsado las llamadas de spam incluyen:
- Automatización mediante VoIP. Esta tecnología permite hacer miles de llamadas por segundo desde cualquier lugar del mundo y con tan solo tener un ordenador. En consecuencia, hacer llamadas masivas es ahora mucho más fácil.
- Spoofing de números. Es una técnica mediante la cual los estafadores falsean el número que aparece en la pantalla del móvil, haciendo parecer que la llamada es de una empresa legítima. Esto aumenta las posibilidades de que contestemos.
- Modelo de negocio rentable. Aunque mucha gente no atiende a estas llamadas, siempre hay un pequeño porcentaje que contesta y acaba comprando o cayendo en la estafa. Este pequeño porcentaje es suficiente para hacer de este negocio algo muy lucrativo.
- Ausencia de una regulación efectiva. Aunque hay normativa que limita este tipo de actividades, en la mayoría de los casos saltarse los límites no tiene consecuencias graves.
¿Cómo nos protegemos frente a las llamadas spam?
No podemos erradicarlas del todo, pero sí hay algunas medidas que nos pueden ayudar:
Aplicaciones de filtrado de llamadas
Estas apps se encargan de identificar y bloquear de forma automática llamadas sospechosas. Funcionan a través de una base de datos colectiva en la que los usuarios reportan números fraudulentos.
Algunas de las más populares son Truecaller, Hiya, CallApp o Mr. Number.
Bloquea números manualmente
Si recibes una llamada que sabes que es spam, lo mejor que puedes hacer es bloquear directamente ese número en tu móvil. De esta forma, por lo menos ese número no te volverá a molestar.
No compartas tu número innecesariamente
Una buena forma de protegerte es limitar el acceso a tus datos personales. Por eso, evitar dar tu número en formularios poco fiables, y revisa las políticas de privacidad antes de compartir ningún dato.
Sé escéptico ante llamadas desconocidas
Si tú no has pedido a una empresa que te llame, desconfía siempre. Al otro lado puede haber un teleoperador legítimo, pero también podría ser un estafador.
Inscríbete en listas de exclusión
La conocida Lista Robinson no es la panacea, pero sí puede ayudarte a recibir menos llamadas comerciales. Si las empresas actúan de forma legítima, deberían respetar el hecho de que has incluido tu número en una lista que implica que no quieres recibir publicidad.
Las llamadas de spam son un mal de nuestro tiempo. No nos podemos librar de ellas, pero haciendo unos pequeños ajustes podemos reducir el número de llamadas de este tipo que recibimos en el teléfono. En la mayoría de los casos, con bloquear suele ser más que suficiente.