Si alguna vez te has preguntado por qué la mayoría de los smartphones que salen hoy al mercado tienen esas cámaras tan prominentes en la parte trasera, no eres el único. Este saliente, a veces llamado ‘bump’ o escalón de cámara, se ha convertido en una seña de identidad de las generaciones actuales de teléfonos. Lo curioso es que, mientras los móviles buscan ser cada vez más delgados y estilizados, las cámaras parecen ir en sentido contrario, sobresaliendo más en cada nuevo lanzamiento. Vamos a desgranar todas las razones que han llevado a esta tendencia, cómo ha evolucionado el diseño de los móviles y qué soluciones existen (¡y pueden llegar!) para lograr dispositivos más cómodos, planos y atractivos visualmente.
Este fenómeno no solo responde a una cuestión de moda o estética. Detrás de cada elección de diseño hay mucha ingeniería, limitaciones físicas, demandas de los usuarios y, por supuesto, competencia entre marcas que buscan la mejor fotografía posible en un dispositivo cada vez más delgado.
La evolución del diseño: de cámaras planas a módulos sobresalientes
Si echamos la vista atrás, los primeros smartphones integraban totalmente la cámara en la propia carcasa, de manera que el conjunto trasero era completamente plano o solo presentaba una ligera curva. Estos dispositivos no necesitaban acomodar grandes hardware en su interior, ya que las cámaras eran sencillas y la fotografía móvil no era la principal prioridad para los usuarios.
Sin embargo, todo cambió con la explosión de las redes sociales, la importancia del contenido visual y un claro avance en las expectativas de los consumidores. Empezó una verdadera competición entre marcas por ver quién ofrecía la mejor cámara, con más megapíxeles, mejor apertura y más sensores especializados. Poco a poco, las cámaras comenzaron a reclamar mayor protagonismo en el diseño, y sus componentes internos pasaron a ocupar más espacio físico.
Hoy en día, es habitual encontrar smartphones con módulos de cámara que sobresalen varios milímetros del perfil trasero del dispositivo. Esto no es casualidad ni una simple decisión estética, sino la consecuencia directa de buscar una mejor calidad fotográfica en formatos extremadamente delgados.
Lo más llamativo es cómo ha cambiado el estilo de estos módulos: de pequeñas lentes únicas a complejos sistemas cuadrados, circulares o alargados que dominan la parte trasera. Marcas como Huawei, Xiaomi, Vivo, OnePlus, Honor y OPPO han coincidido en líneas de diseño similares, apostando por módulos gigantescos, aunque con variaciones en la forma (redonda, cuadrada, rectangular…).
Samsung, por ejemplo, ha optado en muchos de sus lanzamientos por cámaras integradas sobre la propia carcasa, logrando un acabado más liso y premium. Sin embargo, incluso ellos han tenido que aceptar ciertas prominencias en los modelos de gama más alta debido a las exigencias técnicas actuales.
La razón principal: avances en los sensores de imagen
El verdadero motivo tras este cambio de diseño no es resaltar ni hacer más visible la cámara, sino dar respuesta a la demanda de mejores fotos y vídeos en cualquier situación. Para conseguirlo, los fabricantes han tenido que recurrir a sensores más grandes y lentes más complejas.
El tamaño del sensor es uno de los factores más determinantes para la calidad de imagen. Un sensor más grande capta más luz, lo que se traduce en menos ruido en las fotos nocturnas, mejor rango dinámico y colores más fieles. Los sensores actuales de móviles de gama alta pueden llegar a 1 pulgada de tamaño, como el del Huawei Pura 70, lo que implica un grosor superior al perfil estándar de un teléfono (que suele medir entre 8 y 9 milímetros).
Además, el uso de tecnologías como las lentes tipo periscopio para conseguir zooms ópticos avanzados, o la inclusión de sensores de tiempo de vuelo (ToF) y macro, exige módulos más grandes y complejos. Las lentes periscópicas, por ejemplo, pueden ocupar hasta un centímetro de grosor, obligando sí o sí a que el módulo sobresalga.
No se trata solo del sensor en sí, sino de las distintas capas ópticas y electrónicas que forman el conjunto de la cámara. Desde los estabilizadores ópticos, pasando por lentes variables y sistemas láser de enfoque, cada componente necesita su espacio físico, lo que choca con el objetivo de mantener móviles delgados y ligeros.
¿Mayor tamaño de módulo significa mejores fotos?
Aunque muchos piensen que cuanto más sobresale la cámara más calidad tiene el móvil, la realidad es más matizada. No siempre el tamaño exterior del módulo es indicativo directo de la calidad fotográfica; hay móviles con módulos enormes y resultados mediocres, y otros con cámaras más integradas que logran fotos impresionantes.
La clave está en el sensor y la calidad de la óptica. Por ejemplo, dispositivos como el Samsung Galaxy S22, el iPhone 14 o el Google Pixel 7 cuentan con módulos de cámara menos agresivos en sus diseños respecto a otras marcas top, y sin embargo ofrecen resultados profesionales gracias a la combinación de hardware y software avanzado.
Sin embargo, no se puede negar el beneficio físico de un sensor más grande: cuando el espacio lo permite, el aumento en el tamaño del sensor y la mejora de la óptica se traducen generalmente en mejores fotos, sobre todo en baja luz, donde más se marcan las diferencias entre gamas.
El inconveniente de los escalones de cámara: no todo son ventajas
El hecho de que las cámaras sobresalgan tanto del perfil del móvil trae consigo varios inconvenientes prácticos para los usuarios. Al colocar el móvil sobre una mesa, la zona de la cámara suele quedar más expuesta a golpes y arañazos, y además hace que el dispositivo ‘cojee’ al teclear o interactuar con la pantalla. Esta sensación de inestabilidad puede resultar incómoda, sobre todo para quienes usan el móvil sin funda o carcasa protectora.
Además, la distribución del peso puede verse alterada, haciendo que el móvil sea menos equilibrado en mano, sobre todo en modelos con módulos de cámara enormes situados en una esquina.
Otro aspecto negativo es la estética: algunos usuarios consideran poco elegante o incluso antiestético que el escalón de cámara domine la parte trasera, rompiendo la continuidad del diseño. Esto ha llevado a los fabricantes a experimentar con diferentes soluciones, como recubrir el módulo con metal o materiales más resistentes, o buscar integrar el diseño con líneas y colores especiales.
¿Hay alternativas actuales o futuras para evitar que sobresalga la cámara?
La buena noticia es que no todo está perdido: algunos fabricantes y startups tecnológicas están explorando formas innovadoras de evitar o minimizar el escalón de cámara sin sacrificar calidad de imagen. Un ejemplo interesante es el Google Pixel 9a, que ha logrado aplanar especialmente bien la cámara trasera, quedando prácticamente al mismo nivel que el resto del móvil. Gracias a la elección de sensores de tamaño ‘normal’ y a un diseño de integración, el Pixel 9a consigue un dispositivo totalmente plano y estable sin renunciar a buenas fotos.
Pero lo más revolucionario está por llegar. Empresas como Metalenz han desarrollado lentes planas, basadas en tecnologías de metasuperficies ópticas, capaces de ofrecer la misma o mejor calidad que los sistemas tradicionales pero ocupando mucho menos espacio. Estas lentes no requieren varias capas, recogen más luz y abren la puerta a cámaras que ocupen menos volumen, incluso bajo la pantalla.
Estos desarrollos no solo servirán para la cámara trasera, sino que también pueden facilitar la integración de la cámara selfie bajo el display, algo en lo que grandes fabricantes como Xiaomi ya están trabajando activamente.
Por otra parte, hay fabricantes que exploran la posibilidad de añadir lentes externas como accesorio, en lugar de hacer crecer indefinidamente el módulo integrado. Xiaomi y Realme, por ejemplo, han presentado conceptos y prototipos donde se puede acoplar magnéticamente una lente adicional de mayores prestaciones solo cuando se necesita. Esto permite mantener el móvil fino y estilizado para el día a día, y disponer de capacidades profesionales de forma opcional.
El auge de las cámaras múltiples: ¿por qué tantos sensores?
La moda de incluir varias cámaras en la parte trasera de los móviles tiene que ver con la versatilidad y la especialización de resultados. Hoy es común ver móviles con 2, 3, 4 o incluso 5 cámaras, cada una dedicada a una función concreta. ¿Para qué sirven tantos sensores?
- Cámara principal: captura la mayor parte de las fotos. Suele tener una resolución alta y una apertura destacada para captar la máxima luz posible.
- Gran angular: permite ampliar el campo de visión, muy útil para paisajes o fotografías de grupo.
- Teleobjetivo: sirve para hacer zoom óptico, acercando la imagen sin perder calidad.
- Sensor de profundidad: ayuda a medir la distancia con precisión para efectos bokeh o retratos con desenfoque natural.
- Sensor macro: capta detalles muy pequeños a distancias cortas, perfecto para fotografía de objetos diminutos.
- Cámara monocromática: mejora la sensibilidad a la luz y el nivel de detalle en blanco y negro.
- Sensores ToF e infrarrojos: permiten el mapeo 3D del entorno y mejoran las capacidades de realidad aumentada y enfoque.
Este conjunto de lentes y sensores trabajan en equipo, apoyados por complejos algoritmos de software que combinan tomas para lograr el mejor resultado posible en cualquier situación.
¿Qué significa esto para los próximos móviles?
Todo indica que la tendencia hacia módulos de cámara más grandes y sobresalientes seguirá existiendo mientras los móviles sigan apostando por la máxima delgadez. Pero la industria busca soluciones, ya sea con nuevas tecnologías de lentes planas, integración bajo pantalla o accesorios externos.
Además, la miniaturización de los componentes y la mejora constante de la inteligencia artificial permitirán, poco a poco, reducir el tamaño de los módulos sin perder calidad de imagen.
Las preferencias de los usuarios también influyen: aunque en la gama alta la prioridad sigue siendo la mejor fotografía, en otras gamas se valora la comodidad y el diseño más equilibrado. Por ello, no sería extraño ver en el futuro una mayor variedad de aproximaciones, tanto en móviles planos como en aquellos con accesorios intercambiables, dependiendo del perfil del usuario.
El motivo por el que sobresalen las cámaras de la mayoría de smartphones actuales es una mezcla de exigencias técnicas, evolución del diseño y el reto de ofrecer la mejor fotografía posible en dispositivos cada vez más delgados y ligeros. Aunque supone ciertos inconvenientes en términos de manejo y diseño, la innovación tecnológica promete traernos pronto soluciones que permitan disfrutar de fotos espectaculares sin renunciar a la estética y la comodidad. Si eres de los que mira con nostalgia los móviles totalmente planos, la esperanza no está perdida: las nuevas lentes planas y los diseños inteligentes pueden cambiar radicalmente la forma en que usamos y vemos la cámara en los smartphones de los próximos años.