Una de las dudas más comunes entre los conductores modernos es por qué está prohibido manipular el móvil mientras se conduce, pero no está sancionado tocar la pantalla del coche, incluso si esta es igual de grande y potencialmente igual de distractora. A simple vista, puede parecer una contradicción evidente en las normas de tráfico, sobre todo en un contexto donde la tecnología dentro del habitáculo del coche ha evolucionado de forma exponencial. Si algunas vez te has preguntado por qué tocar el móvil es sancionable, pero no tocar la pantalla táctil del coche u otros elementos.
Las estadísticas de accidentes de tráfico muestran claramente que las distracciones al volante son una de las causas principales de siniestralidad, y tanto el uso del móvil como el manejo de pantallas integradas en el coche pueden generar esos peligrosos momentos de desconexión de la carretera. Entonces, ¿por qué una acción recibe una fuerte multa y la otra parece permitida?
El móvil al volante: una infracción grave con sanción severa
La Dirección General de Tráfico modificó la normativa en 2021 para endurecer las sanciones por el uso manual del teléfono al volante. Actualmente, manipular el móvil mientras conduces supone una multa de 200 euros y la pérdida de 6 puntos en el carné de conducir. Y no importa si el coche está detenido en un semáforo o en un atasco: legalmente, sigue considerándose conducción.
El mero hecho de sujetar el móvil con la mano ya es motivo de sanción, incluso aunque no se esté utilizando activamente. La DGT ha sido clara al respecto y ha difundido campañas informativas avisando de que esta práctica, aunque parezca inocua en un momento de parada, supone una distracción peligrosa.
Además, no solo se penaliza el uso del teléfono móvil. También está prohibido manipular tablets, GPS externos u otros dispositivos electrónicos mientras el coche está en marcha. Solo se permite su uso cuando están integrados en el vehículo y se gestionan a través del volante o por comandos de voz.
Pantallas táctiles del coche: ¿libres de sanción?
En los últimos años, los fabricantes han apostado por salpicaderos digitales, reduciendo cada vez más los botones físicos en favor de pantallas de gran tamaño que controlan el sistema de infoentretenimiento y muchas funciones del vehículo. De hecho, la manipulación de estas pantallas puede distraer tanto como el uso del móvil.
Estas pantallas permiten tareas como cambiar la emisora de radio, ajustar la climatización o configurar el GPS, lo cual también obliga al conductor a desviar la atención de la carretera en cierto grado. A pesar de eso, manipular estas pantallas no conlleva automáticamente una sanción.
Según explicó un agente de la Guardia Civil en una entrevista difundida por el perito judicial Román Álvarez, existe una “incongruencia” en la normativa, ya que estas enormes pantallas suponen un riesgo similar al del móvil. Sin embargo, la legislación actual no lo contempla del mismo modo.
El argumento que ofrece la Benemérita se basa en la experiencia acumulada, que indica que el teléfono móvil provoca más distracciones reales que cambiar la emisora de la radio o ajustar la calefacción. Además, muchas veces no hay forma de detectar si un conductor ha tocado la pantalla del coche.
Normativa de seguridad y presión sobre los fabricantes
La Euro NCAP, organización encargada de evaluar la seguridad de los vehículos en Europa, está tomando medidas para frenar la tendencia de los coches con excesivas pantallas táctiles. Como parte de esta iniciativa, es importante que los fabricantes reflexionen sobre el diseño de sus interiores.
Para obtener las cinco estrellas de seguridad en sus tests, los fabricantes deberán incluir botones físicos para funciones críticas como luces de emergencia, limpiaparabrisas o intermitentes. A partir de 2026, los coches totalmente digitales sin accesos físicos a estas funciones serán penalizados en las pruebas de seguridad.
El objetivo es reducir distracciones y fomentar una conducción más intuitiva, ya que algunos fabricantes han apostado por salpicaderos excesivamente minimalistas donde hasta acciones básicas requieren navegación por menús. Este cambio es fundamental para la seguridad en la conducción.
¿Y si tocamos la pantalla del coche en un semáforo?
Una de las dudas más frecuentes es si manipular la pantalla táctil del vehículo estando detenidos en un semáforo o en un atasco puede derivar en una multa. Parece un momento seguro: el coche no se está moviendo, el conductor está parado… pero no es indiferente ante la ley.
La normativa establece una clara distinción entre “inmovilización” (cuando el coche está aparcado con motor apagado) y “detención” (como la que ocurre en un semáforo). En este segundo caso, la DGT considera que el coche sigue en circulación, por lo tanto, las normas de conducción se aplican como si se estuviera en movimiento.
Esto significa que, al estar en un semáforo, no se debería manipular ni el móvil, ni tampoco otras pantallas o dispositivos electrónicos que requieran atención manual, como el GPS o la pantalla del salpicadero. La sanción dependerá del criterio de los agentes y de si consideran que la manipulación compromete la atención a la conducción.
Excepciones y nuevos hábitos al volante
La ley abre algunas excepciones a la manipulación de dispositivos integrados, siempre que se utilicen asistentes virtuales, como Siri, Alexa o los sistemas de voz nativos del vehículo. También es legal controlar algunas funciones desde botones del volante, sin necesidad de apartar las manos ni la vista de la carretera.
Estos sistemas permiten, por ejemplo, responder mensajes, llamadas o cambiar la música sin tocar la pantalla. Además, es crucial que los conductores tengan en cuenta las recomendaciones para gestionar el tiempo de uso del móvil.
La clave está en garantizar la atención constante del conductor. No se trata solo de cumplir con la ley, sino de velar por la seguridad propia y la del resto de usuarios de la vía.
La delgada línea entre lo legal y lo seguro
El hecho de que algo no esté multado no implica que sea recomendable. Aunque tocar la pantalla del coche no sea sancionable de forma directa, realizar esta acción mientras se conduce sí puede influir en las decisiones de un agente si considera que se ha puesto en riesgo la seguridad. De hecho, el uso imprudente de dispositivos puede llevar a consecuencias inesperadas.
En muchas situaciones, los conductores tienden a confiarse y a desarrollar hábitos riesgosos por la comodidad o la rutina. Pero la realidad es que un segundo de distracción puede bastar para provocar un accidente.
Así que, si tienes que cambiar el destino en el GPS, buscar una canción o responder una llamada larga, lo mejor sigue siendo parar completamente el coche en un lugar seguro. Porque lo más importante, más allá de lo que diga la normativa, es mantenerte concentrado en la carretera y evitar cualquier posible distracción.
¡Y esto ha sido todo por hoy! Déjanos saber en los comentarios qué te ha parecido todo sobre por qué tocar el móvil es sancionable, pero no tocar la pantalla táctil del coche u otros elementos.