En el ecosistema Android hay una serie de conceptos clave, cuando entras en el submundo de la scene. Uno de ellos es ‘fork’. Aunque Android es propiedad de Google, como ya sabrás, hay una versión libre –de código abierto- que es AOSP –Android Open Source Project-. Y fork, por su traducción del inglés, es bifurcación. Así que, como puedes sospechar sabiendo esto, efectivamente un fork de Android es una bifurcación de la versión que ofrece la compañía de Mountain View.
¿Qué es un fork de Android?
Un fork de Android es una bifurcación del sistema operativo de Google, efectivamente. Así que no parte de Android a secas, sino de AOSP que, como comentábamos anteriormente, es Android Open Source Project. Efectivamente, es la versión de código abierto del sistema operativo móvil de Google. En definitiva, un fork de Android es una versión alternativa al SO, pero basada en él. Y las diferencias con respecto al Android de Google, en realidad, dependen del fabricante que desarrolle el fork, o los desarrolladores independientes que se dediquen al proyecto en paralelo.
ROM, Custom ROM y fork ¿cuál es la diferencia entre todos ellos?
Aquí es donde empiezan las complicaciones, o las diferentes opiniones. A priori, una ROM sería la versión de Android de cada fabricante, lo que comúnmente llamamos capa de personalización. Un ejemplo de ello sería One UI de Samsung. Y una custom ROM es toda aquella ROM modificada por terceros, pero que es compatible con las GAPPS o Google Apps, aunque no las tenga preinstaladas y tengan que ser flasheadas desde el custom recovery.
Y un fork, sin embargo, se consideraría a las versiones alternativas a Android, basadas efectivamente en AOSP, y sin GAPPS. No obstante, como avanzábamos, respecto a la diferencia entre una ROM, una custom ROM y un fork hay opiniones diversas. Y tanto las ventajas como los inconvenientes son bastante parecidas entre los tres, se consideren como se consideren.
Las ventajas y los inconvenientes de un fork de Android
La principal ventaja de un fork de Android está en la personalización. Google define un aspecto, por ejemplo, y una serie de limitaciones a su sistema operativo. Y los fabricantes hacen exactamente lo mismo con sus correspondientes capas de personalización. En un fork tenemos más libertades. Y un buen ejemplo de esto es LineageOS que, además, destaca por la segunda ventaja: soporte.
Las actualizaciones son controladas casi siempre por los fabricantes, salvo en los Pixel y, en cierta medida, en los terminales con Android One. Así que, evidentemente, el soporte se mantiene mientras interesa al fabricante y los plazos para las actualizaciones son peores. En forks de Android como LineageOS tenemos la gran ventaja de que es la comunidad la que mantiene el desarrollo y soporte, así que hay actualizaciones para terminales ‘obsoletos’ abandonados por los propios fabricantes.
Sin embargo, en un fork podemos tener problemas de compatibilidad con las GAPPS o Google Apps, y podemos encontrar –aunque no es lo habitual- menor estabilidad. Por supuesto, también tienen el inconveniente de que no son tan fácilmente accesibles. No es una instalación apta para todos los públicos, en casos como el de LineageOS.