Por fin, ya he encontrado respuesta a una de las preguntas más intrigantes de mi vida. Siempre me pregunté quién inventó ese castigo en el cual el niño debía sostener una moneda utilizando su nariz y la pared que tenía enfrente. Ahora sé que debió de ser un antepasado del juez que ha llevado el caso de Apple contra Samsung en Reino Unido, el cual ha ideado un castigo de lo más llamativo para los de la manzana. Primero el juez desestimó la demanda de Apple, que acusaba a Samsung de haber copiado al iPad para hacer el Galaxy Tab, de una forma ridícula, pero es que el castigo para Apple es aún mejor.
Todo el culebrón da para unos cuantos números de novela gráfica. Todo empezó como siempre. Apple, en su cruzada a ultranza contra Samsung, demandó en Reino Unido a los surcoreanos, alegando lo de siempre, que se habían copiado de su iPad para diseñar y crear el Galaxy Tab. Así dio inicio un juicio atípico y lleno de surrealismos. Como ha ocurrido en tantos otros países, Apple perdió el juicio, el juez consideró que el Galaxy Tab no era una copia del iPad. Pero, ojo, ¿por qué razón? Porque el Galaxy Tab, y cito textualmente "no es tan cool" como el iPad.
Los abogados de la compañía surcoreana, aunque contentos porque habían ganado, no quedaron nada satisfechos con las razones, ya que afectaban a la imagen del Galaxy Tab. Pues bien, después de varios tira y afloja entre los equipos de abogados de la compañía y el propio cuerpo judicial, el juez tomó una decisión, Apple tendría que reconocer públicamente en Reino Unido que el Galaxy Tab no es una copia del iPad. A mi mente viene la típica escena en la cual se manda a un niño ir a pedir perdón a otro por haberle pegado o insultado.
Pero la cosa mejora aún más, no se queda ahí. Apple tiene que mandar una nota de prensa a los periódicos y revistas de Reino Unido haciendo referencia al juicio y veredicto que se produjeron el día 9 de julio. ¿Os imagináis cómo será esa carta? Lo mejor es que podremos verla con seguridad.
Por si esto fuera poco, además del reconocimiento a medios públicos, también tendrán que hacerlo por medio de su página web, y no en un lugar escondido precisamente. En la página inicial de Apple Reino Unido tendrá que aparecer un anuncio durante seis meses en el cual también reconozcan públicamente que el Galaxy Tab no es una copia de su iPad.
Apple es una de esas compañías a las que se le da genial montar grandes eventos, enviar emails misteriosos con invitaciones a ellos, y realizar presentaciones como nadie más sabe hacer. Pero estamos ansiosos por ver cómo se les da a los de Cupertino humillarse y reconocer públicamente una derrota.
Lo que realmente valoró el juez en el diseño

El juez Colin Birss no solo rechazó la reclamación por diseño, también explicó con detalle por qué. Identificó el registro de diseño de Apple (número 0000181607-0001) y comparó ese concepto con las tabletas de Samsung Galaxy Tab 10.1, 8.9 y 7.7. Destacó la extrema simplicidad del iPad: una placa de vidrio al ras hasta un borde muy fino, trasera limpia y un contorno nítido. Según su razonamiento, el "usuario informado" percibe ese conjunto como un objeto muy deseable.
En cambio, apreció que las Galaxy Tab, aunque desde el frontal pertenecen a la misma "familia", tienen proporciones más delgadas y detalles inusuales en la parte trasera, lo que las aleja de esa sobriedad extrema. De ahí la famosa frase de que no eran tan "cool". Resultado: no había infracción del diseño registrado.
Un punto clave que suele olvidarse es el alcance de ese fallo: tiene efecto en todo el espacio europeo y, tras la revisión correspondiente, fue confirmado en apelación. Es decir, no existía ninguna medida cautelar vigente por ese diseño en Europa.
El peculiar "castigo": rectificación visible en web y prensa

Para compensar el daño reputacional causado por la acusación, el tribunal ordenó a Apple publicar una declaración en su sitio de Reino Unido y en medios impresos. La nota debía referirse expresamente a la sentencia del 9 de julio y mantenerse visible durante seis meses. Hubo requisitos de legibilidad: en la web, tipografía Arial con un tamaño mínimo de 11 puntos; en prensa, al menos 14 puntos, en cabeceras de referencia como Financial Times o The Guardian.
Apple cumplió, pero con su estilo. La compañía citó las palabras del juez sobre el carácter "cool" del iPad y, en la misma comunicación, recordó que en otros países hubo decisiones diferentes: un jurado en Estados Unidos otorgó una cuantiosa indemnización por patentes de diseño y utilidad, y en Alemania se apreció competencia desleal al considerar el parecido del iPad. Esa coletilla, aunque factual en otros foros, tensó aún más el ambiente en Reino Unido.
Cuando la rectificación también fue rectificada

La Corte de Apelación británica consideró que ese texto inicial podía resultar confuso respecto al alcance del fallo local, y ordenó a Apple modificar el comunicado para ajustarlo estrictamente a la resolución, con un plazo muy breve para hacerlo. También dejó claro que la finalidad de la medida no era ofrecer publicidad a un competidor, sino restaurar la claridad ante el público sobre que el Galaxy Tab no copia el iPad a efectos del diseño registrado en Reino Unido y la UE.
Otro detalle operativo que se supervisó fue la ubicación: la nota debía ser accesible desde la página principal del sitio británico de Apple, sin esconderla en apartados de difícil acceso, y acompañarse de enlaces al fallo del tribunal para quien quisiera profundizar.
La foto completa: una guerra de patentes global con veredictos dispares

Este episodio británico es solo un capítulo de una litigación multinacional entre Apple y Samsung que abarcó decenas de pleitos en múltiples jurisdicciones. Mientras en Reino Unido no se apreció infracción del diseño del iPad por parte de las Galaxy Tab, en Estados Unidos un jurado estimó una violación de patentes (de diseño y de utilidad) y concedió daños millonarios a Apple. En Alemania, un tribunal apreció competencia desleal por la similitud del aspecto; en Japón y Corea del Sur también hubo resoluciones relevantes con resultados diferentes.
Incluso dentro del propio Reino Unido hubo frentes paralelos: en otra causa, centrada en patentes 3G de Samsung, un tribunal consideró inválidos ciertos cargos y falló a favor de Apple. Y más allá, en España, procedimientos relacionados con diseños de tabletas quedaron a la espera de lo que resolviera la oficina europea de propiedad intelectual, ilustrando cómo estos conflictos se entrecruzaban con instancias administrativas.
Con todo, el mensaje que deja el caso británico es nítido: a nivel de diseño registrado europeo, las Galaxy Tab 10.1/8.9/7.7 no infringían el registro visual del iPad (0000181607-0001), y por eso el tribunal exigió una rectificación pública clara y sostenida en el tiempo. La famosa coletilla de que las tablets de Samsung "no molan tanto" no fue un halago gratuito, sino una forma de expresar que, para el usuario informado, el conjunto de rasgos percibidos no generaba confusión suficiente como para hablar de copia legalmente relevante.
Lo que empezó como un juicio más en la guerra de patentes terminó enseñando una lección de comunicación corporativa forzada: además de perder la demanda, Apple tuvo que explicar en su propia web y en prensa que las Galaxy Tab no copiaban el iPad a efectos del diseño europeo, con requisitos estrictos de visibilidad y estilo. Un desenlace que, por singular, sigue siendo citado cada vez que se analiza cómo los tribunales equilibran la protección del diseño con la competencia y la claridad para el consumidor.

