Cyanogen y el plan para un Android sin Google: estrategia, aliados y retos

  • Cyanogen persiguió sustituir servicios clave de Google por alternativas propias o de socios, manteniendo base AOSP.
  • Alianzas con terceros (incluida Microsoft) apuntaban a asistentes, apps y tienda como pilares del cambio.
  • El marco de licencias y la regulación influyen: forks son viables, pero el valor está en el ecosistema de servicios.

Cyanogen independencia de Google

La compañía Cyanogen tiene un plan, y lo cierto es que puede ser bueno (o, cuando menos, interesante). Desde hace un tiempo esta empresa está dando los pasos necesarios para independizarse por completo de Google, al menos en lo que se refiere a los servicios que utilizan. De esta forma, lo que se busca es no tener que utilizar opciones como por ejemplo Google Maps o el propio navegador Chrome.

Lo cierto es que poco a poco se van conociendo los movimientos que Cyanogen va dando, como por ejemplo la sustitución del navegador que se utilizará en su sistema operativo (basado en Android). Aparte, hace unos días se ha indicado que se tiene la intención real de implementar a Cortana como el asistente por defecto, para dejar de lado a Google Now. Por lo tanto, la apuesta va en serio… como no podía ser de otra forma estando Steve Kondik implicado.

El caso es que ya se ha indicado una fecha aproximada en la que se cree que Cyanogen podría dejar de ser dependiente por completo de la compañía de Mountain View en lo referente a los servicios (y, esto, no es nada sencillo por la gran integración que tiene alguno de ellos en Android): dos o tres años. Así lo ha confirmado Kirt McMaster, actual CEO de la compañía, en una entrevista. Es decir, que queda trabajo, pero ya se ve luz al final del túnel.

Logotipo de Cyanogen con fondo azul

Búsqueda de ser diferentes

Estrategia Cyanogen sin Google

Esto es lo que parece ser que es la pretensión de Cyanogen, ya que si bien no reniegan totalmente de los servicios de Google (ya que se podrán instalar sin problemas), sí que se tiene la idea de conseguir con otros servicios atraer a los usuarios que buscan nuevas experiencias. El caso, es que la compañía se ve lo suficientemente madura como para dar el paso con lo que esto significa: trabajar siempre desde la versión Android elegida para primero separar los servicios sin riesgo y, luego, integrar los nuevos.

Pero siempre hablamos de una evolución desde Android, el trabajo de Google, por lo que una atadura siempre existiría ya que la base y núcleo de su trabajo es la que crea la compañía de Mountain View. Por lo tanto, una dependencia siempre existirá y habrá que ver cómo evoluciona el sistema operativo, ya que Cyanogen se puede encontrar con una integración de los servicios cada vez más profunda, lo que complicaría su trabajo.

Cortana

Alianzas clave y la vía de los servicios

Integración de apps de Microsoft en Cyanogen

En esa hoja de ruta, Cyanogen ha buscado socios estratégicos para dotar de músculo a su propuesta. Las conversaciones con Microsoft y la presencia de servicios alternativos (asistente, correo, almacenamiento, mapas) apuntan a un Android donde las aplicaciones preinstaladas no tengan por qué ser las de Google. Esta visión incluye también la idea de una tienda de aplicaciones propia que permita a socios integrar servicios a un nivel más profundo del sistema.

La compañía, que pasó de ser un grupo de desarrolladores a una empresa con financiación relevante, defendió que un Android más abierto permitiría a terceros innovar en áreas como la IA aplicada al móvil sin depender de decisiones de Google. Incluso se llegó a plantear que los fabricantes pudieran elegir paquetes de apps distintos a los de la gran G, integrados de forma nativa.

Objetivos tácticos: navegador, voz y distribución

Reconocimiento de voz en Cyanogen

Los pasos concretos pasaban por reemplazar componentes clave: un navegador propio en lugar de Chrome; Cortana como asistente por defecto; y acuerdos para que determinadas apps de terceros ocupasen el lugar de Gmail, Maps o Drive. En paralelo, Cyanogen trabajó en un instalador sencillo para que más usuarios pudieran migrar desde ROMs de fábrica, y en reforzar seguridad y privacidad como atributos diferenciales.

El ecosistema de fabricantes fue otra pieza central. Casos como OnePlus One mostraron que es posible llevar al mercado un terminal competitivo con Cyanogen OS. A la vez, cambios posteriores como la transición de OnePlus hacia su propia capa (OxygenOS) evidenciaron las tensiones del modelo y la necesidad de reducir dependencias a largo plazo.

Ecosistema, licencias y competencia

Actualización Cyanogen OnePlus

La estrategia de Google con Android combina apertura del código AOSP con la distribución de servicios propietarios (Play Store, Maps, Gmail). Sobre esa base, Cyanogen defendió que la licencia Apache permite crear forks y que habría espacio para competir en servicios. En el debate regulatorio, se han señalado prácticas como la preinstalación obligatoria de apps o incentivos por fijar el buscador por defecto, cuestiones que distintas autoridades han revisado con el foco puesto en la competencia.

  • Acceso a Play Store condicionado a versiones certificadas de Android frente a forks.
  • Bundles de apps (búsqueda y navegador) exigidos a fabricantes para licenciar servicios clave.
  • Restricciones cruzadas que dificultan vender terminales con forks alternativos.

La existencia de forks como Amazon Fire OS confirma que es posible operar sin Google, pero también que el reto es construir una oferta de servicios equiparable. En ese contexto, Cyanogen intentó ser el catalizador de un “Android no-Google” donde terceros pudieran prosperar sin barreras.

Lecciones, viabilidad y futuro del proyecto

El discurso de Cyanogen siempre apuntó a “arrebatar Android a Google” en el terreno de los servicios, no del código. La pregunta nunca fue solo técnica, sino de tracción con usuarios, acuerdos con OEMs y capacidad de financiar un ecosistema. Con el tiempo, la iniciativa corporativa dio paso a la comunidad bajo el paraguas de LineageOS, prueba de que la idea de un Android más abierto persiste, aunque el camino comercial sea complejo.

En la parte corporativa, incluso se contemplaron escenarios como una compra por parte de Alphabet u otros gigantes, sin descartar la opción de adquisición si el encaje estratégico y la financiación lo exigían. A día de hoy, el mayor legado de Cyanogen es haber puesto sobre la mesa que Android no es solo Google y que la competencia en servicios puede y debe explorarse.

Queda claro que existe apetito por alternativas y que, donde haya hueco para innovar en privacidad, asistentes, tiendas o distribución, habrá actores dispuestos a intentarlo. Cyanogen demostró que la independencia de Google es ambición factible a nivel técnico; el desafío, como siempre en plataformas, está en ganar usuarios, socios y sostenibilidad.