WhatsApp tras su compra por Facebook: sin anuncios, más funciones y un modelo de negocio que despega

  • WhatsApp mantiene experiencia sin anuncios y refuerza privacidad con cifrado y controles.
  • La monetización llega vía WhatsApp Business y su API, cobrando por conversación y mensaje.
  • Nuevas funciones: videollamadas avanzadas, multi-dispositivo, reacciones y mensajes temporales.
  • Más supervisión regulatoria y foco en transparencia, con límites al reenvío y herramientas anti-spam.

WhatsApp y Facebook mensajeria

Tiempo después de que Facebook comprara WhatsApp, muchos creyeron que todo iba a transformarse de arriba a abajo: publicidad en los chats, fórmulas agresivas de monetización y cambios radicales en la experiencia. Nada de eso. A día de hoy, WhatsApp sigue siendo WhatsApp. Y no solo por percepción externa, sino también por la forma en que la compañía opera por dentro.

Más trabajadores, misma filosofía

Sí, es cierto que ahora hay más trabajadores en WhatsApp, pero la filosofía de la compañía sigue siendo la misma. Siguen trabajando en el mismo centro en el que trabajan desde hace años. No se han mudado a las instalaciones de Facebook. Eso significa que funcionan de forma diferente. Mientras que en Facebook tienen que competir con Google por parecer más «cool» y eso implica tener que tener, por ejemplo, cafeterías con comidas de todas partes del mundo y máquinas expendedoras con teclados y auriculares gratis, en WhatsApp se sigue trabajando como el primer día. Y sí, ahora ya no hay 40 empleados, sino más de 160 empleados. Tampoco muchos, todo hay que decirlo, para la app de mensajería más utilizada del mundo. Empleados que, por cierto, tienen que pensar cada día en cómo conseguir no pagar por su comida.

Logo de WhatsApp

Y es que en WhatsApp existe una norma, si comen juntos 6 empleados, la compañía les paga la comida. El objetivo es claro, fomentar la colaboración entre equipos de diferentes divisiones mientras comen. Quizás esa cantidad de empleados es la que ha llevado a que lleven la cantidad de usuarios que puede haber en un grupo hasta los 250. Para así poder tener grupos en los que organizarse para comer sin tener que pagar.

Con el paso del tiempo, la estructura se ha profesionalizado sin perder su esencia: equipos pequeños, foco en rendimiento y privacidad y una cadencia de lanzamientos gradual. Esa cultura de «menos es más» explica por qué la app se ha consolidado como estándar global en mensajería sin renunciar a su simplicidad.

Impacto de la compra de WhatsApp por Facebook

Sin publicidad, aunque con cuentas nuevas que lleguen a muchos usuarios

El objetivo de WhatsApp sigue siendo el mismo, aunque parezca mentira, que no haya publicidad en la aplicación. Sin embargo, parece que sí llegará una novedad a la app, y es la posibilidad de que existan cuentas que puedan comunicarse con muchos usuarios. Algo así como las difusiones, pero de una forma más organizada, y de una forma más «oficial». Por ejemplo, para la comunicación entre los ayuntamientos y los ciudadanos, o las empresas y sus trabajadores, o la compañía telefónica y sus clientes. Habrá que ver si aquí sí que existe el objetivo de que estas cuentas sean de pago o no. Lo veremos.

WhatsApp Business comunicacion oficial

Esa idea ha madurado en la práctica a través de WhatsApp Business (para pymes) y de su API de negocio (para grandes compañías). La plataforma cobra a las empresas cuando superan un umbral de conversaciones y aplica tarifas por mensaje según categorías (soporte, marketing, notificaciones). Resultado: un flujo de ingresos creciente que, aun sin publicidad en los chats, ya alcanza cientos de millones al año y sube con fuerza. Además, se han incorporado canales unidireccionales y espacios de comunidades para que instituciones y marcas difundan novedades de forma controlada y separada de los chats personales.

Más allá de la monetización, WhatsApp ha reforzado funciones para empresas y administraciones: catálogos, respuestas rápidas, plantillas aprobadas, herramientas anti-spam y verificaciones que ayudan a reducir fraudes y mejorar la atención al cliente. Todo ello sin romper el principio base: experiencia limpia para el usuario final y control sobre con quién interactúa.

WhatsApp sin anuncios

Otra de las novedades, aunque esta llegará el año que viene, serán las videollamadas. Lo cierto es que no sorprende después de que hayan llegado ya las llamadas de voz. Seguirán enviándose mensajes como hasta ahora, pero al menos tendremos la opción de usar la app para realizar una videollamada, algo que será positivo. Otra opción más para la aplicación, aunque tal y como ocurriera con la función de llamadas de voz, probablemente no será una revolución en WhatsApp, una app que siempre ha ido avanzando poco a poco, y que ya se ha convertido, sin rival ninguno, en la app de mensajería más utilizada del mundo..

Hoy, las llamadas y videollamadas forman parte del núcleo del producto: calidad mejorada, compartir pantalla con audio, enlaces de invitación, foco en el orador y soporte para grupos amplios, también desde escritorio. Se suman a otras funciones ya asentadas: mensajes de voz optimizados, edición y eliminación de mensajes, reacciones con emojis, mensajes temporales, multi-dispositivo sin depender del teléfono y notas de vídeo, entre otras.

Llamadas y videollamadas en WhatsApp

Privacidad, promesas iniciales y el papel de Facebook

La compra se articuló con un precio récord y una mezcla de efectivo y acciones. Desde dentro, se defendió mantener cifrado de extremo a extremo, independencia de producto, ausencia de anuncios y respeto estricto por los datos. Con el tiempo, exdirectivos clave han explicado que parte de esas promesas se tensionaron: hubo debates públicos por cambios de política de datos, escrutinio de reguladores y límites regionales a ciertas integraciones. Ese contexto impulsó mejoras visibles en transparencia, etiquetado de reenvíos, límites al reenvío masivo y herramientas contra la desinformación.

La esencia, no obstante, permanece: cifrado por defecto en los chats, verificaciones de seguridad y mayor control del usuario sobre visibilidad y privacidad. En paralelo, WhatsApp ha reforzado su independencia operativa manteniendo ritmo propio de desarrollo y una oficina separada para preservar su cultura.

Precio de la compra de WhatsApp

Rentabilidad, alcance y madurez del producto

El retorno financiero de la adquisición se ha materializado más lento que en otras apuestas del grupo, porque WhatsApp priorizó crecimiento y experiencia por encima de la monetización directa. A cambio ha logrado una base de usuarios gigantesca y una posición que ningún competidor ha podido igualar en uso diario y capilaridad.

Los ingresos llegan especialmente por la vía empresarial, con operadoras, bancos, aerolíneas y comercios usando la API para soporte y notificaciones. Esto coloca a WhatsApp en una liga particular: ingresos relevantes y en ascenso, margen para nuevas líneas (pagos P2P o a comercios donde la regulación lo permite) y una marca asociada a conversaciones confiables entre personas e instituciones.

WhatsApp y Meta

Lo que parecía imposible al anunciarse la compra —mantener una app simple, sin anuncios y centrada en privacidad, y aun así construir un negocio sólido— se ha ido cumpliendo con una estrategia de pasos cortos: primero utilidad imbatible entre personas; después, casos de uso empresariales donde los mensajes ahorran costes y mejoran la satisfacción; por último, funciones comunitarias para comunicación masiva sin invadir los chats.

Sin estridencias y con su propio compás, WhatsApp ha demostrado que se puede crecer, monetizar y proteger la experiencia. La etiqueta de “monstruo” que algunos temieron no encaja con un producto que sigue siendo rápido, seguro y sin anuncios, mientras encuentra vías de ingresos sostenibles con el consentimiento del usuario y bajo la lupa de los reguladores.


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