Google, Apple, Samsung y la historia de los juicios interminables

Juicio

Casi desde el inicio de la humanidad, el hombre ha tenido que enfrentarse a juicios, en los cuales personas sabias tomaban decisiones sobre cuestiones en las que varias personas no eran capaces de llegar a un acuerdo. Uno pensaría que con el tiempo los sistemas judiciales han mejorado. Pero nada más lejos de la realidad. Y un claro caso es la historia de los juicios interminables, protagonizada por Samsung, Google y Apple.

Este último capítulo tiene como personajes principales a Google y Apple. Y es que las dos compañías llevan ya mucho tiempo acusándose mutuamente de haber infringido varias patentes relacionadas con la telefonía móvil. Esta historia comenzó en el año 2010, y a lo largo de estos meses hemos podido vivir diversos procesos judiciales. Robert Scola, uno de los jueces norteamericanos encargado de este caso, ha decidido tomar cartas en el asunto, ya que bajo su opinión, ninguna de las compañías tiene intención de llegar a un acuerdo en el juicio en cuestión. Es más, afirma que utilizan los litigios como una estrategia de negocios. Lo cierto es que analizándolo desde su punto de vista, los grandes juicios entre estas grandes compañías están apareciendo incluso en los medios de mayor importancia, tratando a estas compañías de gigantes tecnológicos. Esta imagen acaba haciendo mella, y cualquier diría que Samsung, Apple, o Google, es superior a cualquier otra compañía del mercado de los dispositivos móviles.

Juicio

El juez del distrito de Miami declaró que ninguna de las partes tiene interés en una solución rápida y eficiente de las diferencias que hay entre ellos. Curioso, ya que esto supone un gran gasto en concepto de costes legales. Obviamente, Apple y Google pueden decidir gastar su dinero en cuantas batallas legales quieran, pero lo cierto es que también hacen que los esfuerzos del gobierno por solucionar estos casos tengan que ser mucho mayores, cuando en realidad no se trata de un asunto de importancia vital, sino de movimientos de marketing. Robert Scola afirma que esto no se puede considerar un uso adecuado de los tribunales de justicia y por ello ha pedido tanto a Google como a Apple que reduzcan el tamaño y la complejidad del caso, imponiendo un plazo de cuatro meses para que reduzcan las demandas sobre 12 patentes, que incluían un total de más de 100 términos de disputa. Y más les vale llegar a un acuerdo en cuatro meses, ya que si no lo consiguen el juicio quedará en espera.

Samsung es otra de las compañías que ya ha indicado que no tiene intención de llegar a un acuerdo con Apple. Lo curioso es que HTC sí que ha conseguido llegar a un acuerdo. Casualmente, la compañía taiwanesa es una de las rivales de Samsung, quien ya ha superado a Apple en el mercado de los smartphones. ¿Acaso no es esto, de nuevo, un negocio?

No tienen intención ni siquiera de ganar

Uno llega incluso a preguntarse si tienen intención de ganar, o si nunca llegarán a un final. Y es que parece que no quedarían contentos ni siquiera con que el juez les diera la razón. Siempre reclaman la decisión del juez, o tienen la opinión de que ha sido demasiado favorable con el rival. ¿De verdad quieren poner final a las batallas legales? Parece que además de ser una lucha que podría reportarles beneficios, también es una campaña publicitaria, que les hace situarse por encima de los rivales que no se pueden permitir entrar en este tipo de guerras en los tribunales.

El gobierno también es culpable

Pero que nadie piense que solo las compañías son culpables. El gobierno es el que ha establecido las leyes que les permiten iniciar estas guerras eternas. Y todo por no hablar de las oficinas de patentes, que tan de moda están últimamente. Las patentes que tienen cada de las compañías ya rayan en lo absurdo. En realidad, prácticamente no sirven de nada, ya que los jueces deben limitarse a decidir si se podía registrar una patente o no, y si la otra compañía la ha infringido o solo ha creado un diseño lógico. En cualquier caso, no queda más que acostumbrarse a las guerras legales en las que participan estas gigantes tecnológicas.