Tras varias generaciones puliendo la fórmula, Honor pone el foco en tres pilares: delgadez extrema que se siente como un móvil “normal” cuando está cerrado, un conjunto multimedia solvente para devorar contenido y un sistema de cámaras ambicioso que justifica un módulo sobresaliente. A todo ello se suma un software cargado de funciones de productividad e IA.
Después de una semana usándolo como móvil principal, entre trabajo en la pantalla grande, vídeos en el tren, fotos con el 3x y alguna sesión de juego, el balance es de sobresaliente: diseño que enamora, pantallas para horas de contenido, autonomía competente y un tele que da juego. Si buscas un plegable que se aproxime a la experiencia “Ultra” sin bajar el listón, este es de los que merece estar en la terna final.
Diseño y construcción: ultrafino, elegante y más resistente
Honor ha abrazado la obsesión por la delgadez: 8,8 mm con el terminal plegado y apenas 4,1 mm cuando está abierto. En mano se percibe casi como un slab tradicional, aunque el peso (alrededor de 217 gramos) recuerda que seguimos ante un plegable con más chasis que llenar. El módulo de cámaras es imponente y sobresale mucho, pero es el peaje a pagar por montar un tele periscópico serio.
En la caja encontramos lo justo: pincho SIM, cable USB-C a USB-C y una protección trasera con aro de apoyo. No se incluye cargador en todas las regiones, aunque la marca lo regala en su web con 66 W en ciertas promos. Ese protector con anillo hace de soporte en modo móvil o tablet y ayuda a que el tocho de cámaras no golpee la mesa al apoyar el teléfono.
El agarre es muy agradable gracias a materiales premium y perfiles finísimos. El reparto de peso puede sentirse algo descompensado por el módulo si usamos la pantalla exterior durante mucho rato en vertical a una mano. Lo bueno: el desbloqueo es rápido y fiable con botón lateral capacitivo y reconocimiento facial 2D; en un cuerpo tan fino, Honor ha preferido precisión a sensor bajo la pantalla.
La bisagra transmite solidez desde el primer despliegue. Cuesta un poco “cogerle el truco” a la apertura al principio por lo delgado de los cantos, pero la sensación estructural es de gran calidad. Y, más allá de la mano, hay promesas de durabilidad: hablamos de cientos de miles de ciclos y una resistencia que la marca ha llevado a espectáculos promocionales.
En protección, el salto es importante: del IPX8 de generaciones previas se pasa a IP58, con resistencia al polvo y al agua. En materiales, la firma presume de escudo NanoCrystal para el panel exterior, fibra de carbono para reforzar el interior y una bisagra de acero de alta dureza, en línea con debates sobre pantallas flexibles. Incluso se ha publicitado un Récord Guinness levantando 104 kg y vídeos donde el móvil sobrevive a chorros de alta presión (en línea con pruebas tipo IP59), congelación y cambios térmicos extremos.
Pequeña sorpresa útil: hay emisor IR para controlar dispositivos como televisores o aires acondicionados. Es un extra muy práctico que algunos fabricantes chinos siguen conservando y que aquí funciona apuntando con la trasera.
Pantallas: dos AMOLED con brillo pico brutal y mucha personalización
La pantalla exterior es la que más usarás a diario: 6,43 pulgadas OLED, 2.376 x 1.060 píxeles y 120 Hz LTPO. Es plana, con bisel más ancho en la zona de la bisagra y un lateral derecho redondeado que hace que los gestos se sientan suaves; esa relación de pantalla y tamaño influye en la experiencia. El brillo máximo es altísimo (hasta 5.000 nits en pico), lo cual se nota bajo sol directo.
La interior es un lienzo casi cuadrado de 7,95 pulgadas con 2.352 x 2.172 píxeles, también AMOLED y con frecuencia adaptativa. Se ve de maravilla para vídeo, trabajo y multitarea. La cresta central se percibe al tacto y, según cómo incida la luz, hay más reflejos por la naturaleza plástica del panel flexible, pero no afecta al disfrute en interiores.
El refresco adaptable salta entre 1, 60, 90 y 120 Hz según contenido y app. El brillo automático está muy bien afinado: al máximo cuando toca y con transiciones suaves. En penumbra quizá sube un pelín más de la cuenta, pero se corrige en un segundo.
En software hay mucho que toquetear para dejar ambas pantallas a tu gusto: modos Vívido/Natural (recomendable el Natural), modo eBook, control de temperatura de color, tamaño de interfaz, muestreo táctil, y un buen número de ajustes para decidir cómo y cuándo saltar de la externa a la interna, cómo repartir las apps o cómo se comporta la multitarea.
Las apps han mejorado su adaptación, pero no todas lucen igual en el panel grande. YouTube aprovecha laterales con más info, Instagram mueve menús al lateral, y si algo no encaja, Honor permite forzar proporciones o presentaciones distintas. Dedicar unos minutos a esta configuración inicial sube varios enteros la experiencia cotidiana.
Sonido: estéreo potente, pero sin milagros en 4,1 mm
Hay altavoces en los cantos superior e inferior (estéreo en horizontal) y el volumen es alto, pero la física manda: con tan poco grosor faltan cavidades de resonancia. A partir de un volumen medio-alto aparecen estridencias y los graves quedan recortados. Para cine en casa o música, mejor tirar de buenos auriculares; con cascos, además, hay audio espacial y ecualizador con perfiles o ajuste manual.
Rendimiento: Snapdragon 8 Elite y velocidad de vértigo… con calor puntual
Honor monta el SoC más potente de Qualcomm para Android: Snapdragon 8 Elite de 3 nm con GPU Adreno 830, ocho núcleos (dos a 4,32 GHz y seis de eficiencia a 3,53 GHz), acompañado por 12/16 GB de RAM y almacenamiento de 256 GB a 1 TB. La memoria vuela moviendo y copiando archivos grandes, y el sistema está bien optimizado.
En uso real, da igual que mezcles juegos pesados, varias apps simultáneas, ventanas flotantes o transferencias: todo se mueve como se espera en gama altísima. Existe un “modo de máximo rendimiento”, pero no compensa para el día a día: en juegos exigentes, grabación 4K60 o cuando entra el renderizado con IA en zooms altos (a partir de 30x), se nota subida de temperatura en la zona del procesador.
En pruebas de estrés prolongadas también se observa cierto descenso sostenido, algo lógico con el espacio termal tan limitado por los 4,1 mm del cuerpo. Pese a ello, no se aprecian problemas de throttling graves en sesiones normales. La sensación general es de fluidez y contundencia.
Software, productividad e IA: MagicOS 9 sobre Android 15
El sistema viene muy personalizado: MagicOS 9 camufla Android 15 hasta hacerlo casi irreconocible. A su favor, la curva de aprendizaje merece la pena porque hay muchas funciones para plegables que elevan la experiencia respecto a un slab grande. Aun así, quien prefiera Android “puro” notará la capa como muy presente y con apps propias que duplican utilidades de Google.
La multitarea es sobresaliente: pantalla partida, ventanas flotantes y una barra lateral de accesos. Abrir una app, arrastrar otra a un lateral y añadir un flotante (por ejemplo, YouTube) es casi instantáneo. Si te pasas con tres apps y un flotante, la cosa se satura visualmente, pero tener esa opción cambia tu forma de trabajar en movilidad.
En IA, Honor se apoya en Google y en soluciones propias. Gemini llega integrado como asistente con acceso rápido; Circle to Search con Google funciona de maravilla; y el sistema reconoce texto, ofrece subtítulos automáticos y hasta incluye detección de deepfakes en videollamadas compatibles. También hay gestos curiosos como rodear con el nudillo para compartir/extraer info.
La estabilidad ha sido muy buena: sin reinicios, sin cierres de apps y sin cambios de orientación “locos”. El traspaso de datos desde otro Android por cable va como un tiro. Sí hay bloat “amable” (galería, calendario, archivos, etc.) que duplica apps de Google, fácil de ignorar o desinstalar si te estorba.
De cara al ciclo de vida, la firma apunta alto en Europa y Reino Unido: hasta siete años de actualizaciones de seguridad y sistema. Y, para contexto corporativo, hay más promesas: IA local para privacidad (Honor Personal Cloud Compute) y controles de riesgo con Google Cloud para mitigar usos inadecuados de IA.
Autonomía y carga: 5.820 mAh, inalámbrica a 50 W y cifras que convencen
El Magic V5 internacional equipa 5.820 mAh con química de silicio-carbono (en China asciende a 6.100 mAh). Se trata de un pack dual: el mayor bajo la pantalla externa y un segundo módulo con la bobina de carga inalámbrica en el otro lado. Con 120 Hz y chip tope de gama, los números sorprenden para bien.
En uso mixto (redes, música, cámara, Telegram, YouTube en ambas pantallas), es relativamente sencillo alcanzar 7 horas de pantalla. Si metes sesiones de juegos pesados tipo Destiny, caerás a 5–6 horas. Muy buen rendimiento teniendo en cuenta formato, potencia y frecuencia de refresco.
La carga cableada es de 66 W y la inalámbrica llega a 50 W (con inversa a 5 W). La marca recomienda cargar el móvil desplegado para favorecer la disipación porque calienta; el propio sistema muestra un aviso durante la carga. Con el cargador de 66 W que Honor regala en su web en determinadas regiones, se han medido estos tiempos:
- 5 minutos – 12%
- 10 minutos – 22%
- 15 minutos – 33%
- 20 minutos – 43%
- 25 minutos – 52%
- 30 minutos – 62%
- 35 minutos – 71%
- 40 minutos – 81%
- 45 minutos – 89%
- 50 minutos – 94%
- 55 minutos – 98%
- 57 minutos – 100%
En menos de una hora tienes el 100%, y ese 62% en media hora es oro para cargas exprés. En ajustes hay modos de ahorro, alerta de apps glotonas, “carga inteligente” que ralentiza a partir del 80% y límites de capacidad para mimar la batería; vienen activos por defecto y conviene dejarlos así salvo necesidad concreta.
Cámaras: principal solvente, gran angular correcto y un tele 3x que enamora
El módulo es protagonista por tamaño y resultados. La configuración: principal de 50 MP f/1.6 con OIS, gran angular de 50 MP f/2.0 con AF, y un tele periscópico de 64 MP f/2.5 con OIS que ofrece 3x óptico y hasta 100x digital. Las cámaras frontal exterior e interior comparten sensor de 20 MP f/2.2.
El salto respecto a otros plegables está en el tele: el 3x es extremadamente versátil y el 6x híbrido mantiene el tipo apoyándose en los 64 MP. La compresión de planos es bonita, la profundidad de campo natural favorece retratos y detalles, y el procesado del tele suele ser menos agresivo con la nitidez que el de la cámara principal.
Ojo al procesado general: es capaz de transformar escenas con colores más vistosos y sombras levantadas, a veces de forma poco consistente entre cámaras o en disparos consecutivos. Si lo que buscas es pegada para redes, funciona de maravilla; si prefieres control, el modo Pro con RAW guarda mucha información para afinar luego en el ordenador y puede ayudarte a convertirte en un pro de la fotografía.
De noche el rendimiento sorprende, especialmente en el ultra gran angular, al que se le suele atragantar la baja luz en otros móviles. Aquí conserva detalle en sombras sin quemar neones, y el tele f/2.5 rinde mejor de lo esperado. Con luces puntuales fuertes aparecen reflejos (inevitable con un cristal de protección tan grande), pero el balance global es bueno.
La app de cámara es muy completa, con muchas opciones a la vista y otras escondidas. Hay filtros de imagen, dos retratos (personas y “Apertura”) y efectos estilo Harcourt que quedan muy elegantes. Sería deseable simplificar menús y llevar la opción de alta resolución a un acceso más directo, pero la potencia está ahí.
Macro: está, pero no brilla. Compensa más acercarse con el 3x/6x desde algo más de distancia, evitas sombras del móvil, asustar mascotas y logras mejor separación del fondo. En primeros planos de bebidas, comida, teclados o detalles en casa, el resultado del tele es más limpio y con mejor textura.
IA en zoom largo: a partir de 30x entra en juego una mejora por inteligencia artificial. El 30x es digno, el 50x puede ser utilizable en escenas favorables y el 100x mejor dejarlo para pruebas. La IA “limpia” y redefine contornos sin inventarse demasiados detalles (no tan creativo como en otros fabricantes), por lo que el aspecto final es más sobrio.
Vídeo: 4K60 estable y enfoque suave en el tele
La grabación llega a 4K a 60 fps. Con las traseras, colores y estabilización están a buen nivel; en el tele el enfoque es progresivo y agradable. Las cámaras frontales cumplen para videollamada pero generan más ruido y artefactos en baja luz. Nos habría gustado tener 8K por “ficha técnica”, pero en la práctica 4K60 cubre casi todos los escenarios.
Precio, configuraciones y colores
El Honor Magic V5 parte en Europa alrededor de 1.999 euros, y se ofrece en los colores Black, Ivory White y Dawn Gold. Según mercados, hay versiones de 12 o 16 GB de RAM y almacenamiento de 256 GB, 512 GB y hasta 1 TB. En España ya figura en el catálogo oficial y en distribuidores, con promociones que incluyen cargador.
Comparativa rápida con rivales: ¿dónde saca pecho?
Frente a otros plegables tipo libro, incluidos los movimientos de Samsung, el Magic V5 presume de grosor mínimo (8,8 mm plegado) y brillo pico de 5.000 nits en ambas pantallas, cifras que hoy marcan diferencias al sol. También se destaca por batería (5.820 mAh) y carga inalámbrica de 50 W, poco habitual en el segmento, y por un tele periscópico 3x de 64 MP que aporta versatilidad real.
En resistencia, la certificación IP58 añade protección contra polvo además de agua, y la marca ha publicitado pruebas de alta presión tipo IP59. La bisagra reforzada y los materiales (fibra de carbono, NanoCrystal) redondean un paquete convincente para quien prioriza durabilidad en un plegable.
¿Sombras? El audio sufre por la finura, el procesado fotográfico no siempre es consistente entre cámaras y hay calentamiento en tareas intensas. MagicOS es potente, pero denso; quien venga de Android stock necesitará unos días de adaptación. El precio, claramente de supergama, es otro filtro inevitable.
Más allá de las cifras, lo interesante es que ya no obliga a renunciar a cámaras o batería por ser plegable. Son concesiones históricas que aquí quedan, en gran medida, resueltas.
