Andando con pies de plomo, se podría decir que Project Racer es prácticamente el primer juego next-gen que llega a los dispositivos móviles. Este proyecto (valga la redundancia), viene para implementar un avance en el rendimiento gráfico, además de en otros ámbitos, de un juego de carreras. Un avance que ya se pedía y que por parte de los desarrolladores no han dado ese paso.
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Project Racer, ha llegado la next-gen en Android
Teniendo este panorama en las videoconsolas de sobremesa, en móviles la cosa es bastante diferente. Mientras que en ese sector se reproducen ya juegos a 4K y con unas mecánicas que rozan un realismo descomunal, en Android hasta ahora digamos que es un poquito complicado llegar a encontrar juegos que se muevan de manera fluida en resolución 1080 y en 60 frames por segundo de manera estable.
Entendemos que un dispositivo móvil quizá no tenga toda la potencia que encontramos en ordenadores o en videoconsolas. Pues con Project Racer aparece este nuevo juego que se ha lanzado en una versión preliminar para llegar a ser una versión final de desarrollo, por eso hemos mencionado lo de andar con pies de plomo.
Ciertamente ya venimos con un nivel bastante alto en lo que se refiere a simuladores de conducción (véase Real Racing 3 o la saga de Asphalt). Ambas franquicias prestan un rendimiento gráfico bestiales, con físicas bastante realistas que se han ido desarrollando en los pocos años que tiene de vida Android. Noo obstante, Project Racer guarda una característica que sus competidores no posee, al menos desde el principio de su desarrollo.
Un simulador de coches muy realista, aunque está por terminar
Está claro que Project Racer, o PRacer en su denominación simplificada, tiene muchas cosas que mejorar. Aparte de esa característica clave relacionada con la resolución y que otros juegos no poseen, hay que analizar también el resto de apartados. Nada más abrir, vemos que a nivel de interfaz queda mucho por mejorar.
Da la sensación que el juego está sin terminar, con un diseño algo primitivo y sin una estética que visualmente sea agradable, más bien, dan ganas de pasar rápido las pantallas. Hay que dejar claro que este aspecto, al igual que el resto, son susceptibles a mejoras con el paso del tiempo, solo hay que tener un poco de calma.
Lo importante es el gameplay en sí de este juego, y tratándose de un simulador de carreras, más importante es saber cómo se comportan los coches. Con este comportamiento nos referimos a su nivel gráfico y técnico, además de si transmiten unas sensaciones positivas y que nos lelven a imaginar que estamos dentro del coche.
Todo se comporta como se esperaba. Las sombras, la iluminación, el modelado de los coches es reamente soberbio. Algunas partes como los pianos y los exteriores de la pista están aún por pulir, pero lo que encontramos dentro de la trazada es espectacular. Dejamos la conducción arcade para adentrarnos en unas físicas más realistas y que requieren de una mayor habilidad con el giroscopio del móvil. Eso sí, la propia dirección del coche aún es mejorable, ya que se siente muy brusca.
Project Racer, resolución a 4K
Esa característica clave que mencionábamos, sin andarnos con más rodeos, es que este juego permite jugar con resolución a 4K. Sin duda, es un hito en la era de los videojuegos para móviles, ya que no hay ningún otro título que sea capaz de rendir a este nivel gráfico y visual. No obstante, esto puede generar controversia, ya que no se le ve mucha utilidad teniendo en cuenta las opciones en el mercado con pantallas de dicha resolución, aparte del considerable desgaste de la batería. De todas maneras, es un paso adelante y es la dirección que debe seguir el sector de los videojuegos para estos dispositivos.
Para comprobar a qué resolución está el juego, dirígete a »Ajustes» y seguidamente al apartado »Gráficos». El juego propone los planes más recomendados para jugar, en relación de calidad de gráficos con la resolución. En nuestra prueba con un OnePlus 7T, el rendimiento ha sido sobresaliente, permaneciendo siempre en los 60 FPS y con una fluidez que no hemos visto ni siquiera en Real Racing 3.
Aparte de todo eso, un aspecto muy interesante es la personalización en el estilo de conducción. Teniendo en cuenta que es un simulador, cuenta con varios perfiles para configurar los controles en pantalla, incluso tiene uno con botones para subir y bajar de marcha. Además de eso, posee con ajustes similares a los simuladores de videoconsolas, como es el nivel de force feedback o la sensibilidad de dirección.
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