Los clásicos nunca mueren. Este es un lema que siempre permanecerá y que no se lo llevará el viento en absoluto. Es más, esto se puede aplicar a casos prácticos como Street of Rage, un título que lanzó SEGA para su consola Mega Drive, y que está disponible totalmente gratis para Android.
Un juego que ya tiene casi 30 años a su espalda, ya que salió al mercado en el año 1991. Veamos si mantiene la esencia en su adaptación en Android o ha tirado por otros derroteros buscando una renovación.
SEGA Forever, el launcher de Street of Rage
Por resumir un poco a los más escépticos por edad, Street of Rage es un videojuego de tipo beat ‘em up con scroll lateral, con gráficos totalmente característicos de la época. Píxeles por doquier y una jugabilidad con animaciones limitada, pero que fue una auténtica revolución por aquel entonces, convirtiéndose en uno de los juegos más populares de SEGA. De hecho, se sigue comercializando esta saga con una entrega mucho más reciente, pero eso ya es otra historia.
En lo que se refiere a Android, el juego pertenece al catálogo SEGA Forever, lanzado exclusivamente para llevar a la pequeña pantalla estos títulos históricos al igual que Sonic o The Revenge of Shinobi. En la práctica es una especie de lanzador de juegos, aunque cada uno de ellos se descarga de forma individual en la Play Store.
Street of Rage es pura esencia a SEGA Mega Drive
Antes de empezar, hay varios detalles curiosos que debemos mencionar. En la pantalla de inicio, podemos configurar algunas opciones gráficas como establecer distintos filtros de pantalla o nivelar la resolución de la misma, optando por el clásico 4:3 o por unos píxeles más depurados. Para iniciar la partida, como en antaño, podemos jugar la partida de forma individual o entre 2 jugadores, un detalle que se agradece.
Más allá de los anuncios si tenemos la versión gratuita, que tampoco es que sean una gran molestia, el juego se comporta al igual que la era de los 16 bits, tanto en contenido argumental como hasta en la disposición de los controles. Únicamente se han añadido dos más, uno para guardar la partida en cualquier momento y otro para rebobinar en el nivel.
Otra historia distinta es el sistema de controles. Aunque cuente con la misma disposición que en el mando de la Mega Drive, la realidad es que las sensaciones no son las mismas. El joystick direccional no se siente bien, no responde a las pulsaciones ni es ágil al tacto. Cuesta imitar los rápidos movimientos que debemos realizar para superar los niveles cada vez más complejos en este juego.
Entendemos que no sea fácil traer un título de 1991 a la pequeña pantalla de los móviles, pero lo cierto es que empobrece la experiencia nostálgica que genera. No obstante, es totalmente jugable, si adoptamos la idea de no levantar el dedo del joystick en ningún momento.