La saga The Elder Scrolls nos ha dado múltiples alegrías a lo largo de su trayectoria, siendo Skyrim uno de los más exitosos. Aún nos las sigue dando, con títulos nuevo y con la entrada en otras plataformas. La apuesta para los dispositivos móviles es The Elder Scrolls: Blade, un juego con la esencia de la saga pero con varios matices.
Iba a ser difícil que un TES gratuito para móvil fuese capaz de ofrecer una experiencia similar a la que muchos han quemado a base de horas en Skyrim. Por muchas razones, ya que la capacidad gráfica, mecánica y sistema de combate que tiene este popular juego pueda ser trasladado a un dispositivo móvil.
Puede que tal vez por eso llegase a The Elder Scrolls: Blades con las expectativas muy contenidas. A todo lo que podía salir mal -desde el combate hasta la adaptación de la saga- había que sumarle cosas como el control, la ambientación, la inmediatez asociada al juego en móvil y, sobre todo, adentrarse en eso con la idea de que el juego llega bajo un sello de acceso anticipado.
The Elder Scrolls: Blade, menos mundo abierto pero sigue la ciudad
Tras una pantalla de carga que entiende poco de los tiempos que se manejan en móvil, al menos en el caso de mi teléfono, The Elder Scrolls: Blades te lanza en una historia en la que das vida a un Blade, legendario guerrero que vuelve a casa para encontrar su ciudad reducida a cenizas. Una especie de dejà vu con Skyrim.
Nuestro objetivo es reconstruirla, devolverle la vida a base de recuperar a aquellos pueblerinos que han abandonado la zona o han sido secuestrados, y averiguar qué narices ha pasado para que la Reina haya arrasado con todo. Haz misiones para salvar gente y conseguir más misiones, complétalas para conseguir recursos, utiliza los recursos para reconstruir edificios, mejora tu personaje en ellos y vuelve a empezar el bucle. Entre todo ello, batalla contra enemigos y con las esperas de tiempo que lo envuelven todo.
The Elder Scrolls: Blades está muy lejos de la experiencia reciente de un TES. No hay mundo abierto, su lore es limitado y sus posibilidades como juego de rol quedan relegadas a mecánicas clásicas como subir de experiencia, conseguir nuevas habilidades, mejorar las que ya tienes y lootear equipamiento y armas.
Un TES con la jugabilidad más repetida de su historia
Una lista de misiones en forma de menú desplegable es lo que te separa del paseo por la ciudadela del inicio de una mazmorra, e incluso en ellas los límites de exploración están muy ajustados. Algún secreto aquí y allá y la posibilidad de moverte en modo apaisado o vertical de la forma que te resulte más cómoda, pero por lo demás no mucho más que un camino en el que siempre ir hacia delante.
Mención aparte merece el sistema de combate. Cuando llegue el momento, pulsa sobre un lado de la pantalla para cargar un ataque, suéltalo en el momento justo para realizar un golpe crítico y permanece atento a los golpes del enemigo para elevar tu escudo y dejarlo atontado unos segundos. No es el combate que desearías tener, ni siquiera teniendo a mano distintas habilidades y magias que puedes aprovechar a tu favor con un sistema de debilidades y fortalezas que obliga a jugar con algo de cabeza, pero no está mal para lo que es.
El juego sigue una preocupante línea hacia el conformismo. Ni siquiera los gráficos, visualmente impactantes, pero claramente repetitivos cuando empiezas a ver las mismas secciones y detalles una mazmorra tras otra, se salvan de ello. Sí hay ideas que se atragantan más que otras, claro. La de los menús es probablemente la más dura, con una interfaz a kilómetros de resultar cómoda para moverte por ella con agilidad.
Un free to play que no hace honor a la saga
Por desgracia, estamos justo a lo que es un free to play interesante y con una experiencia motivadora. Es decir, ante un F2P arraigado en el pasado que hace todo lo posible por dificultar el avance del jugador para tratar de conseguir de una forma burda y torpe que se deje la mayor cantidad de dinero real.
Y lo peor de todo es que, si dijéramos que lo que nos ofrece a cambio de nuestro dinero es interesante, tendría un pase (es un F2P al fin y al cabo) y sería muy comprensible. Pero dada la escasa ambición y el aburridísimo planteamiento general que pone en juego esta obra, resulta hasta molesto que te insten a gastar dinero una y otra vez por semejante mediocridad.