Los benchmarks pierden credibilidad, ya no sirven para casi nada

Un benchmark, por el significado de la propia palabra, es un punto de referencia que nos permite comparar el elemento que se analiza. En el caso de los smartphones, un benchmark nos permite comparar el rendimiento de un smartphone. Pero, lo cierto es que hoy en día los resultados de los benchmark distan bastante de la realidad, y ya no sirven para casi nada.

Comparando smartphones

En general, casi siempre que analizamos un smartphones le damos su sección al benchmark, una prueba en la que se obtiene una puntuación en concreto, que es la que más o menos se considera que determina el nivel del smartphone, una especie de valoración objetiva del nivel de rendimiento de este teléfono inteligente, pero lo cierto es que los benchmark cada vez sirven para menos. No todo es culpa suya, de los propios benchmarks, sino simplemente de que hay cosas que son imposibles de calcular. No se puede determinar el nivel de un smartphone por un único benchmark, así que han aparecido diferentes benchmarks, para diferentes componentes del smartphone, o que analizan el rendimiento del teléfono con juegos de un tipo, con juegos de otro, con vídeos de unas características, otros que se encargan de analizar el rendimiento del procesador completo, otros de los diferentes núcleos… El problema es que los benchmarks deben servir para que los usuarios puedan comparar el nivel de los smartphones. Cuando en lugar de un benchmark tenemos más de una docena, y resulta que en unos casos unos smartphones son mejores y en otros son peores, entonces no parece que sea muy fácil sacar conclusiones, a pesar de que ese fuera el objetivo final.

HTC One M9

Las compañías conocen los benchmark

Los fabricantes de teléfono inteligente quieren vender smartphones. Quieren que la prensa hable bien de sus smartphones. Y si la prensa últimamente habla de benchmarks, pues quieren que sus smartphones obtengan buenas puntuaciones en los benchmarks. Hace unos años era Samsung la que incluía en el software de su smartphones funciones para que el teléfono inteligente alcanzara un mayor rendimiento al ejecutar pruebas benchmark, pero no en el funcionamiento normal. Esto es común en el mundo de los smartphones y los ordenadores, en realidad. Los benchmark, en este caso, no eran realmente útiles para determinar el nivel del smartphone. Las compañías conocen los benchmarks, y saben cómo utilizarlos, y en esa situación, ya no valen para nada.

Los smartphones cambian muchísimo

Algo parecido ha ocurrido con el último HTC One M9. Un smartphone que alcanzaba una gran temperatura al ejecutar procesos de alto nivel como los benchmark. La medición de esa temperatura también era en sí mismo un benchmark. Cuando HTC afirmó que se trataba de un software no definitivo, y acabó lanzando dicho software, esos problemas se acabaron, y de nuevo, esos datos de temperatura dejaron de ser útiles. Pero lo cierto es que los smartphones reciben una grandísima cantidad de modificaciones hoy en día, modificaciones que a veces no se perciben en los resultados de los benchmark. Eso mismo ha ocurrido con el HTC One M9, cuyos resultados en los benchmark no se han visto especialmente afectados a pesar de que ahora, probablemente, el procesador no llega a un nivel tan alto de rendimiento. No queda claro si ha sido una gran optimización de HTC o no. Pero lo sea, o no lo sea, lo que sí queda claro es que es algo que el benchmark no conoce.

Solo útiles para determinar aproximadamente el nivel

Los benchmark hoy en día ya no sirven para comparar con precisión un smartphone. Debido a lo ya mencionado, al final solo nos quedan para una cosa, y es poder determinar aproximadamente el nivel de un smartphone dentro del mercado, algo que cualquiera podría hacer conociendo algunas de las características técnicas del smartphone, como su procesador, memoria RAM y pantalla. La única utilidad real que hemos encontrado recientemente en los benchmark está en aquellos smartphones de los cuales no se conocen a fondo sus características, y una puntuación de estos en algún benchmark nos puede dar una pista del nivel de este, aunque lo cierto es que la puntuación suele venir acompañada de las especificaciones técnicas, mucho más útiles para determinar la calidad de un smartphone.

Las opiniones personales son más útiles

Al final, resulta curioso como lo más útiles para comparar es la opinión personal. Hay características de un smartphone que no depende de su rapidez, o de los números de la misma. De hecho, los números no son más que aproximaciones humanas para medir detalles que percibimos con sentidos mucho más complejos. Y no, yo no tengo la misma opinión sobre los smartphones que mis compañeros de este blog, o los redactores de otros medios, por lo que las opiniones serán diferentes. Pero cuando digo que un móvil es para mí el mejor que se ha lanzado con Android hasta el momento, estoy dando un dato real, y es que a mí, y a personas como yo, nos encanta ese determinado teléfono inteligente por encima de los demás. Habrá lectores que pensarán igual que yo, o pensarán diferente a mí, pero incluso estos últimos pueden utilizar el punto de referencia que yo tengo para analizar los smartphones. Si saben que a mí me gustan smartphones que a ellos no, pues entonces ya saben que los teléfonos inteligentes que yo elijo, ellos no los tendrán que elegir. Al final, actuamos como benchmark, nos limitamos a comparar, con la diferencia de que no podemos ser tan objetivos como los propios benchmark. La ventaja, eso sí, es que las personas no nos limitamos a poner cifras, y no podemos ser engañadas. Simplemente a veces nos gusta algo, sin saber demasiado bien por qué. La única esperanza que nos queda a los que nos dedicamos a escribir es que, aunque no sepamos bien el porqué, esperamos al menos saber explicarlo.


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