Microsoft y el cierre de apps compradas: lo que pierdes y lo que se mantiene

  • Microsoft integra y cierra servicios cuando hay solapamientos o cambios de foco, como Sunrise (a Outlook), Skype (a Teams) o la tienda Películas y TV.
  • Tus compras siguen accesibles en Películas y TV, pero no se pueden transferir a otros servicios ni obtener reembolsos; el soporte técnico continúa.
  • Una compra digital es una licencia: el acceso depende del proveedor y no está garantizado fuera de su ecosistema.
  • Independencia vs. unificación: casos como WhatsApp e Instagram muestran que mantener apps separadas puede beneficiar a usuarios y crecimiento.

Cierre de aplicaciones de Microsoft

No me gusta nada que las grandes compañías compren apps que prometen mucho para luego acabar cerrándolas. Ya es algo común en Apple, Google y Microsoft. Aunque a esta última habría que reprocharle el cierre de Sunrise, una de las pocas apps que teníamos disponible para tener un calendario que era compatible tanto con Android como con iOS. Ahora Microsoft ha decidido cerrarla, porque todo el equipo de la app trabaja en Outlook.

Y así es como muere una app

Se supone que las grandes compañías ven una app con un gran futuro, un equipo con un gran talento, algo que les dice que el trabajo que están realizando es muy bueno, y por eso ser adquirida por una de las grandes compañías del mundo de la tecnología. No es raro, lo hemos visto muchísimas veces. De hecho, se puede decir que hoy en día una de las únicas formas de rentabilizar una gran aplicación (que conlleva muchos gastos) es aspirar a que esta sea adquirida por una de las grandes compañías del mundo de la tecnología. Sin embargo, a veces estas grandes compañías compran apps para llevarlas a su cierre. Otras veces no, pero ese es el caso de Sunrise, una de las pocas apps con las que podíamos tener un calendario y que era compatible con iOS y con Android. Microsoft la compró, y ahora se anuncia que a partir del 31 de agosto se dejará de trabajar en ella. ¿El motivo? Todo el equipo de Sunrise trabaja ahora en Outlook. Una app muerta, al fin y al cabo. Ellos dicen que todas las funciones de Sunrise seguirán presentes en Outlook. Pero la cuestión está en que a mí me gustaba la sencillez de Sunrise, no la complejidad de Outlook. Y ahora dicha app ha desaparecido.

Cuando un producto adquirido pasa a mejor vida, casi siempre hay factores repetidos: solapamiento de funciones con productos propios, necesidad de consolidar marcas, costes de mantenimiento de múltiples soluciones y un cambio de foco estratégico. En el ecosistema de Microsoft, esto se traduce en integrar equipos y tecnología dentro de una app eje (por ejemplo, Outlook) para acelerar su evolución, a costa de perder esa experiencia ligera que enamoró a los usuarios originales.

Lo mismo ha ocurrido con otras apps en el pasado adquiridas por grandes compañías como Apple o Google. Aunque en muchos de estos últimos casos, las apps no han sido cerradas, aunque sí se han visto perjudicadas al perder relevancia con respecto a otros servicios nativos de estas compañías.

Películas y TV de Microsoft: compras digitales, soporte y límites

En la línea de cierres y reordenaciones, Microsoft ha dejado de permitir la compra de películas y series en su tienda de Películas y TV para Windows y Xbox. La decisión afecta al alta de nuevo contenido: ya no se pueden realizar compras ni alquileres desde la web, la Microsoft Store ni la consola. Sin embargo, lo que ya adquiriste no desaparece: el contenido se mantiene disponible para reproducir a través de la app Películas y TV, que sigue pudiéndose descargar como reproductor dentro del ecosistema de Microsoft.

  • Sin nuevas compras: ya no se pueden adquirir filmes ni series desde Windows o Xbox.
  • Tus títulos siguen accesibles: puedes reproducir lo comprado en la app Películas y TV, incluyendo descargas ya realizadas en tu PC.
  • Sin traslados ni reembolsos: el contenido no se puede migrar a otros servicios y no hay devoluciones por compras pasadas.
  • Soporte activo: Microsoft mantiene asistencia técnica para problemas de reproducción.

Hay matices importantes: Microsoft no garantiza hasta cuándo alojará ese catálogo personal, ni detalla las calidades disponibles en todos los casos (por ejemplo, 4K u opciones HDR), por lo que la disponibilidad puede variar con el tiempo. La compañía, eso sí, comunica que seguirá resolviendo dudas desde su página de soporte. Frente a decisiones más agresivas de otros actores del sector, donde el cierre supuso perder todo lo “comprado”, aquí se mantiene el acceso dentro de la app propia, lo que reduce el impacto para el usuario pero limita la interoperabilidad.

Este escenario vuelve a poner sobre la mesa una verdad incómoda: una “compra” digital equivale a una licencia de uso condicionada por el proveedor. La tienda puede cesar ventas, modificar catálogos o, llegado el caso, finalizar licencias. Por eso es clave entender que el verdadero “dueño” del contenido digital es quien gestiona los servidores y las licencias, y que la permanencia del acceso depende de decisiones empresariales que pueden cambiar con el tiempo.

Skype, Teams y las integraciones que sustituyen productos

Otro ejemplo del cambio de rumbo es la transición desde Skype hacia Teams. Microsoft ha priorizado una plataforma unificada de comunicación y colaboración, integrada en su suite de productividad y reforzada con funciones de IA. La empresa ofrece a los usuarios la migración a Teams y reasigna equipos a nuevas áreas en lugar de mantener marcas que han perdido tracción o foco. La lectura es clara: se potencia un servicio que concentra chat, voz y videoconferencia, y que crece gracias a su presencia en Office, aun cuando muchos usuarios conservan cariño por la marca original.

Este tipo de movimientos comparten patrón con el fin de la tienda Películas y TV y con casos como Sunrise: alinear recursos en torno a productos estratégicos y con mayor adopción, aun a costa de cerrar servicios comprados o históricos. Ganamos en integración y nuevas funciones, perdemos en especialización o en la filosofía simple que nos sedujo en su día.

WhatsApp e Instagram

Para mí, lo ideal es lo ocurrido con WhatsApp e Instagram. Facebook compró las dos apps. Dos grandes plataformas con un coste muy alto para Facebook. Todavía no queda claro cómo va Facebook a integrar WhatsApp en la red social, o cómo Instagram pasará a dar beneficios a Facebook. Pero sea como sea, tanto Instagram como WhatsApp siguen creciendo, de forma independiente. Los usuarios que se comunicaban por medio de WhatsApp y que no tenían cuenta en Facebook no tendrán que crearse una para seguir hablando por medio de la app. Los usuarios que subían fotos a Instagram y les gustaba la interfaz con los filtros, no tendrán tampoco que pasar por la app de Facebook para tener esta app instalada. Siguen siendo completamente independientes, y esto es algo muy bueno para las apps. También es bueno para Facebook, porque al final sí se consigue que lleguen más usuarios a la red social.

Cualquiera diría que no tiene ninguna lógica. Facebook e Instagram son redes sociales, y de las más utilizadas del mundo. ¿Por qué no unificarlas? Facebook Messenger y WhatsApp son dos de las apps de mensajería más utilizadas del mundo. ¿Por qué no unificarlas? Pues porque los usuarios no quieren. Quizás algún día encuentren la forma de unificarlas sin que haya usuarios que pierdan funciones. Pero de momento no hay forma de conseguir esto, por lo que seguimos teniendo Facebook, Instagram y WhatsApp. Y las tres plataformas siguen creciendo y ganando en usuarios, incluso aunque en determinados momentos llegó a parecer que comenzaban a perder relevancia. Al contrario ha ocurrido con las apps que han seguido otro camino y que han acabado siendo completamente olvidadas, a pesar del que en ocasiones eran la mejor opción que había disponible, como es el caso de Sunrise.

En el terreno audiovisual, Microsoft recomienda acudir a servicios de terceros para nuevas compras y alquileres, con opciones integradas en Windows y Xbox como Amazon Prime Video o Apple TV. Es una ruta coherente con su enfoque: dejar el marketplace de películas y series a plataformas especializadas y centrarse en el software y servicios que son núcleo de su estrategia.

Así, cuando una gran compañía cierra una app comprada no siempre significa que todo se pierda: a veces se integran funciones en un producto mayor, a veces se mantiene el acceso al contenido adquirido en una app heredada, y en otras ocasiones se ofrece migración a una alternativa más potente. La clave para el usuario es anticiparse: entender la naturaleza de las licencias digitales, valorar la independencia de sus herramientas favoritas y elegir bien dónde invierte su tiempo y su dinero.

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