Quedarte sin batería a media tarde es de esas cosas que te arruinan el día; con el Motorola Moto G86 Power 5G la idea es justo la contraria: olvidarte del cargador durante horas y horas. Este modelo hace honor a su apellido Power con una pila enorme de 6.720 mAh, y lo mejor es que no se convierte en un ladrillo: mantiene grosor y peso dentro de cifras razonables para su tamaño.
Más allá de la autonomía, el conjunto encaja bien en la gama media por lo equilibrado: pantalla pOLED de 6,67 pulgadas y 120 Hz, altavoces estéreo con Dolby Atmos, almacenamiento amplio, procesador eficiente y un módulo de cámaras capitaneado por un sensor Sony LYTIA 600 con OIS. No es el móvil más rápido ni el que mejores fotos nocturnas hace, pero sí uno que cumple sin despeinarse en el día a día, con un precio que busca ser agresivo.
Qué propone el Moto G86 Power 5G
El enfoque es claro: autonomía gigantesca sin penalizar el uso diario. A eso se suman detalles que, en conjunto, redondean la experiencia: una pantalla que se ve bien al sol, buen sonido para su rango de precio y una construcción que, pese a ser de policarbonato, resulta agradable y práctica en mano.
Motorola presume de memoria y resistencia. Hay versiones con 512 GB de almacenamiento y 8 GB de RAM (con expansión dinámica RAM Boost hasta 24 GB en función del mercado), además de certificaciones de resistencia que suben el listón. Y todo ello con un software muy cercano a Android puro en lo visual, con gestos moteros y extras útiles.
Diseño y construcción: práctico, con buen agarre y detalles de resistencia
La estética sigue la línea actual: cantos planos suavizados y módulo de cámaras que sobresale lo justo. El cuerpo es de policarbonato con una trasera de acabado gomoso antideslizante que sienta de maravilla, porque prácticamente no resbala y disimula muy bien las huellas. En algunas ediciones, la marca habla de trasera en eco leather, que aporta textura y un toque más «premium» en esta gama.
En números, la báscula marca unos 198 gramos y un grosor cercano a 8,65 mm, nada exagerado para el tamaño de batería que alberga. Los botones laterales quedan accesibles, aunque el volumen puede quedar algo alto para manos pequeñas. El módulo de cámaras sobresale un par de milímetros, así que cojea mínimamente sobre la mesa, pero sin convertirse en algo molesto.
La resistencia es uno de sus ganchos comerciales: el fabricante cita IP68 (e incluso IP69 en algunos materiales), MIL‑STD‑810H y protección Corning Gorilla Glass 7i. Más allá de las siglas, es un móvil pensado para sobrevivir al trote diario sin dramas. Además, incluye lector de huellas óptico bajo la pantalla: su posición es buena, aunque el reconocimiento no es infalible y, de vez en cuando, toca repetir el toque.
Pantalla pOLED de 6,67 pulgadas: fluidez y brillo alto en exteriores
El panel pOLED de 6,67 pulgadas ofrece resolución Full HD+ y tasa de refresco de 120 Hz, con una reproducción de color que se puede ajustar entre modos más naturales o intensos. En el uso real, la nitidez es correcta, el contraste acompaña y los ángulos de visión están a la altura de lo esperado en su segmento.
Hay varias claves que elevan la experiencia: soporte de profundidad de color de 10 bits y cobertura DCI‑P3 (muy bien para cine en el móvil), una supuesta resolución «Super HD» y un brillo pico que Motorola cifra en hasta 4.500 nits. Bajo sol directo la pantalla se defiende de maravilla; en interiores y a media luz, el nivel mínimo de brillo puede resultar algo alto para ojos sensibles.
La respuesta táctil es buena en general, con margen de mejora si eres muy exigente. Además, hay extras prácticos como Water Touch, que permite interactuar con la pantalla aunque lleves los dedos mojados, algo útil si te pilla un chaparrón o estás cerca del agua.
Sonido y conectividad: estéreo con Dolby Atmos y Bluetooth bien surtido
El sonido merece mención especial. El Moto G86 Power 5G equipa doble altavoz estéreo con Dolby Atmos que suena alto y, hasta alrededor del 90% del volumen, con bastante limpieza. A partir de ahí aparecen agudos más punzantes, pero sin llegar a ser estridentes. En mediciones de campo se han alcanzado picos cercanos a 89 dB, más que suficientes para ver contenido sin auriculares.
En inalámbrico, el audio por Bluetooth cumple sin aspavientos. Es compatible con códecs como aptX y LHDC, mantiene la conexión estable a buena distancia y el perfil Dolby añade algo de «chispa» a la música, aunque puede introducir matices metálicos según el tema y el ajuste. Si prefieres cable, no hay jack de 3,5 mm, pero el USB‑C entrega salida analógica sin necesidad de DAC externo. Eso sí, no esperes vídeo por cable: no dispone de salida DisplayPort.
Como nota aclaratoria, en alguna ficha comercial se echa en falta la mención a altavoces estéreo; sin embargo, la unidad probada cuenta con dos altavoces y rinde a buen nivel para su rango de precio.
Rendimiento: MediaTek Dimensity 7300 que prioriza la eficiencia
El cerebro es un MediaTek Dimensity 7300, un SoC que no busca cifras de récord, pero sí fluidez sostenida y consumo contenido. En la práctica, el teléfono mueve bien la interfaz, abre apps con agilidad y permite multitarea sin tirones, apoyado por 8 GB de RAM (ampliables virtualmente según la configuración). La memoria interna de 512 GB es un lujo en esta franja, ideal para guardar fotos, vídeos y apps sin andar borrando.
En juegos exigentes, títulos como Genshin Impact corren a ajustes medios con un frame rate estable y sin calentones reseñables. Donde se ha notado algo de tos ha sido al grabar vídeo: la app puede «arrastrarse» puntualmente y pedir un respiro si encadenas varias acciones rápidas. Aun así, el balance general es positivo: rendimiento suficiente para la mayoría y consumo muy ajustado.
La conectividad está bien surtida: 5G, Wi‑Fi 6, Bluetooth 5.4, NFC y compatibilidad con nanoSIM + eSIM en mercados seleccionados. Todo lo que le pides a un gama media moderno, sin rarezas.
Autonomía y carga: 6.720 mAh que dan para dos días (y más si aflojas)
La estrella del show es su batería. Con 6.720 mAh, el Moto G86 Power 5G aguanta sin despeinarse dos días de uso normal. Si tu rutina es ligera y tiras más de WiFi que de 5G, puedes arañar el tercer día con tranquilidad. En maratones de redes sociales, cámara y mapas el consumo sube, pero llegar al día y medio es perfectamente viable.
Para poner números: se han visto más de 9 horas de pantalla por ciclo en escenarios mixtos. Durante noches en reposo el consumo ronda el 5%, y si te pones a jugar con la GPU apretando, el drenaje puede quedar entre un 6% y un 9% por hora. No es «nuclear», pero sí de lo más duradero que ha pasado por esta gama últimamente.

La carga rápida TurboPower de 30 W cumple, aunque está por detrás de rivales que ya suben a 67 W o más. En la práctica, el pico de potencia medido se ha quedado en torno a 27 W hasta ~30% y luego cae a unos 21 W. No hay cargador en la caja; solo viene el cable. Estos han sido los tiempos registrados con fuente compatible:
- 5 minutos: 8% de batería.
- 10 minutos: 17% de batería.
- 20 minutos: 30% de batería.
- 30 minutos: 43% de batería.
- 50 minutos: 72% de batería.
- Carga completa: aproximadamente 1 hora y 22 minutos.
En resumen de sensaciones puras: lo cargas menos que la mayoría, y aunque no sea el más veloz llenando, compensa por la tranquilidad de no vivir pegado al enchufe. La promesa comercial llega a hablar de hasta 53 horas por carga; con uso realista, los números son de los mejores en su categoría.
Software: Android limpio, muchos ajustes y actualizaciones por años
De fábrica llega con Android 15 y la capa de Motorola, que se mantiene bastante fiel a la estética de Google, con añadidos útiles como los gestos clásicos (agitar para linterna, giro para cámara), opciones de personalización y el hub Moto, donde configuras todo en un par de toques. No adopta todavía Material You 3 Expressive al completo, pero la interfaz se siente ligera y rápida.
Viene con un puñado de apps preinstaladas que puedes quitar sin drama, incluyendo algunos juegos promocionales. También integra Google Fotos como galería y accesos a funciones de IA como el Borrador Mágico para retoques rápidos. En cuanto a soporte, Motorola promete hasta dos grandes actualizaciones de Android y cuatro años de parches de seguridad, aunque la unidad probada arranca con un parche no del todo reciente.
Un matiz importante sobre la IA: en modelos de gama alta la marca ofrece «Moto AI», mientras que en este G86 Power 5G no aparecía de serie en la unidad analizada. No obstante, materiales más recientes de producto señalan «moto ai» para mejorar la fotografía, por lo que la disponibilidad podría variar por región o actualización.
Cámaras: principal solvente con OIS, ultra gran angular justo y selfie cumplidor
El trío trasero es, en realidad, un dúo funcional. La cámara principal monta un sensor Sony LYTIA 600 de 50 MP (1/1,95”) con OIS y enfoque PDAF, y el ultra gran angular de 8 MP hace doble de macro. La tercera «lente» del módulo no ejecuta disparos independientes y parece actuar como apoyo (Motorola no la detalla con claridad). Delante, una cámara de 32 MP para selfies que sorprende para bien con buena luz.
Con sol, la cámara principal rinde bien: fotos luminosas y con detalle, incluso en segundo plano. Tiende a aplicar un HDR algo agresivo cuando la luz aprieta y, en escenas de naturaleza, se ha visto cierta saturación de verdes. En contraluces complicados unas veces salva los tonos y otras se pasa con el procesado, así que conviene repetir toma si la escena lo merece.
De noche la calidad cae, como era de esperar. Si la iluminación es uniforme, el sensor responde decentemente elevando ISO y apoyándose en el OIS; si la luz es desigual, ni el modo nocturno obra milagros. En ocasiones aparece flare en luces puntuales.
El ultra gran angular es el punto débil: con buena luz cumple, pero pinta acuarela en cuanto aprieta la oscuridad. A su favor, el HDR automático es menos agresivo aquí y el recorte de deformaciones hace un buen trabajo para enderezar esquinas. Para macro, resuelve tomas curiosas sin tener un sensor dedicado.
La app de cámara es sencilla, con un modo Pro que permite disparar en RAW, Ultra‑Res a 50 MP y un retrato que funciona bien con personas, aunque puede confundirse con fondos complejos. El zoom recortando del sensor principal aguanta dignamente a 2x; hasta 5x puede ser aprovechable si hay luz suficiente, y el tope digital llega a 10x.
En vídeo, el terminal puede grabar hasta 4K a 30 fps, con buena nitidez para la gama y una estabilización que, sin ser mala, admite margen de mejora si caminas deprisa o grabas a mano alzada durante rato.
Pantalla y multimedia: lo que se ve y se oye
Para quienes consumen muchas series, YouTube o redes, la combinación de pOLED + 120 Hz + Dolby Atmos da juego. El HDR luce bien cuando la app y el contenido lo permiten, y el volumen de los altavoces da para compartir un vídeo corto sin que falte pegada. Si vas a ver cine, el panel no compite con los mejores OLED de la gama alta, pero la experiencia es disfrutable.
Un detalle a considerar es que, fuera de HDR, el brillo máximo no impresiona tanto como en los picos publicitados. Al sol directo no hay problema, pero si vives muchas situaciones con reflejos intensos, quizá te convenga subir manualmente el brillo para ganar punch.
Biometría y otros detalles de uso
El lector de huellas bajo pantalla funciona, aunque no siempre a la primera. En exteriores con sol no pierde efectividad, pero hay ocasiones en las que toca repetir el toque. El desbloqueo facial complementa y resulta útil para consultas rápidas.
Pequeñas cosas que suman: las vibraciones están bien calibradas para notificaciones sin ser zumbonas; la recepción es estable en 5G y Wi‑Fi; y el sistema no se siente cargado pese a las apps de Motorola que duplican funciones de Google (muchas se pueden desinstalar).
Benchmarks y temperatura: eficiencia por encima de la fuerza bruta
En pruebas sintéticas, el Dimensity 7300 se sitúa en la media solvente de la gama media. No hay cifras oficiales detalladas en todos los reportes, pero la sensación al usarlo es la de un chip que sabe administrar bien la energía: mantiene el tipo durante sesiones largas sin caídas de rendimiento llamativas ni calentamientos que molesten la mano.
Precio, disponibilidad y variantes
El Moto G86 Power 5G se vende en España con un precio recomendado de 329 euros en retailers, operadores y la tienda oficial; por ejemplo, ya está disponible en Orange. Como siempre, los precios pueden variar en función de ofertas y promociones, y algunos enlaces comerciales podrían generar comisión. Los colores disponibles se han mostrado en paleta Pantone: Cosmic Sky, Chrysanthemum, Golden Cypress y Spellbound, todos con un acabado «soft luxe» muy resultón.
Conviene recordar que algunas funciones pueden cambiar según región o actualización (por ejemplo, disponibilidad de moto ai para fotografía o combinaciones de memoria), y que la unidad de prueba analizada fue cedida por la marca, algo habitual en las reviews profesionales.
Para quién es (y para quién no)
Si priorizas batería, pantalla fluida y almacenamiento de sobra, este Motorola es carne de favorito. Te durará dos días sin cuidado, guardarás todo sin mirar el espacio libre y tendrás un sonido más que aparente para su rango. ¿Sus concesiones? La carga de 30 W se queda corta frente a rivales con más vatios, el gran angular flojea con poca luz y el lector de huellas no es el más fino del mercado.
Para usuarios de trabajo en movilidad, su combinación de autonomía, resistencia (IP68/IP69, MIL‑STD‑810H) y memoria es especialmente atractiva. Si eres de jugar a tope o pides cámaras «top» de noche, quizá te interese mirar un escalón por encima; si lo tuyo es un teléfono de batalla que no te deje tirado, el argumento del G86 Power 5G es difícil de rebatir.
Todo junto deja un sabor de boca muy sólido: autonomía de escándalo, buen panel para el día a día, audio contundente, rendimiento que responde y un precio que entra con buen pie en la gama media. Con sus matices en carga, ultra gran angular y biometría, sigue siendo una opción estupenda para quien quiere un móvil fiable y todoterreno sin gastar un dineral.

