De media, cambiamos de teléfono cada tres años. Aunque hemos de admitir que muchas veces lo hacemos por capricho, es cierto que hay casos en los que no queda más remedio que pasar de un dispositivo a otro, porque el antiguo ya no da un buen rendimiento. Si quieres saber si es momento de renovar tu móvil, debes conocer las señales de que hay que cambiar el teléfono.
Si notas que tu dispositivo empieza a mostrar síntomas como estos que vamos a exponer, ha llegado el momento de que te plantees la opción de buscar una buena tienda de tecnología y hacerte con un modelo más actual.
¿Cuánto dura un teléfono móvil?
La media está entre dos y cuatro años, pero el tiempo real de vida útil depende de muchos factores que están relacionados tanto con el hardware y el software como con el uso que hacemos del dispositivo y la forma en la que lo cuidamos.
En muchos casos, nos vemos abocados a hacer el cambio de aparato porque el fabricante ya no nos ofrece actualizaciones del software y este se acaba quedando obsoleto. En esta situación notamos que baja el rendimiento del dispositivo, e incluso es posible que nos encontremos con que las apps de última generación, o las actualizaciones de las que ya tenemos instaladas, no funcionan correctamente.
Pero también es habitual notar problemas en el hardware. Por ejemplo, que los botones de subir y bajar el volumen no funcionen o que el puerto de carga dé problemas y no permita cargar el teléfono con normalidad.
Señales de que hay que cambiar el teléfono
El móvil es una parte indispensable de nuestra vida, y quedarnos sin él se puede convertir en un auténtico problema. Por eso, es mejor hacer el cambio antes de que llegue a estropearse del todo. Para poder hacerlo, presta atención a estos síntomas que te avisan de que algo va mal:
1. Rendimiento lento
Si notas que el teléfono responde con lentitud a la hora de hacer tareas básicas como navegar por internet, abrir aplicaciones o escribir, y esto ocurre de forma continuada, puede ser señal de que el hardware está envejeciendo. Es posible que el procesador y la memoria RAM tengan problemas para manejar el software, esto suele ocurrir en dispositivos que ya tienen más de tres años.
Otros síntomas de un posible fallo en el hardware o de un problema grave en el software son:
- Reinicios inesperados.
- Teléfono que se apaga solo.
- Pantallas de error.
2. Batería que se agota rápidamente
La batería es uno de los componentes que más rápido se degrada, pero llega un momento en el que notamos que esa degradación es excesiva. Por ejemplo, si se agota incluso cuando haces un uso moderado del aparato.
Hay otras señales que nos indican que algo va mal con la batería:
- Sobrecalentamiento excesivo durante el proceso de carga.
- Si el teléfono se apaga a pesar de tener batería.
3. Problemas con la pantalla
Entre las señales de que hay que cambiar el teléfono se encuentran las que afectan a la pantalla. Si tenemos una pantalla rajada o con píxeles muertos, que no responde bien al tacto, que muestra los colores distorsionados o no puede ajustar el brillo de forma automática, es que algo va mal.
En estos casos nos podemos plantear hacer un cambio de pantalla. Sin embargo, puede que el coste sea elevado y que nos compense más valorar la adquisición de un teléfono nuevo. En líneas generales, si tu teléfono tiene más de tres años, no compensa que le cambies la pantalla, es mejor que te ahorres ese dinero y lo guardes para comprar un nuevo dispositivo.
4. Incompatibilidad del software con nuevas apps
Llegado un determinado momento, el fabricante ya no actualiza el software de tu dispositivo y esto marca su camino hacia la obsolescencia, porque un software antiguo no tarda demasiado tiempo en empezar a dar problemas.
Lo que vas a notar es que el móvil empieza a ir más lento en sus procesos, y es más que probable que deje de ser compatible con las apps de nueva generación. Al final tienes un dispositivo que puede que funcione, pero que realmente ya no sirve para nada.
5. Problemas de conectividad
Si es habitual que tu móvil dé problemas a la hora de mantener una conexión estable con la red móvil, WiFi o Bluetooth, podría haber algún daño en las antenas internas o en el software de red. Si el problema se mantiene en el tiempo es que se está produciendo un daño que puede ser grave y que, tarde o temprano, dejará tu móvil sin ninguna utilidad.
Otro síntoma al que debes prestar atención es al funcionamiento del GPS. Si este ha empezado a tener problemas para localizar tu posición de forma precisa o tarda mucho en hacer la conexión con los satélites, puede tratarse de un problema en el hardware.
6. Hardware dañado o desgastado
Si los puertos están dañados o funcionan de manera intermitente es porque existe un desgaste físico. Y lo mismo ocurre con los botones físicos de volumen y de encendido y apagado, si no responden bien, es señal de que sufren un desgaste y requieren atención.
Aunque se pueden cambiar tanto los puertos como los botones, ocurre lo mismo que con la pantalla, que llega un momento en que no compensa gastar el dinero en ellos y es mejor dejar esa partida para gastarla en un nuevo dispositivo.
7. Cambio en tus necesidades y expectativas
A veces, ocurre que el teléfono sigue funcionando más o menos bien después de unos años de uso, pero tú sientes que ya no cumple con tus expectativas porque no se ajusta a tus necesidades actuales. Por ejemplo, porque necesitas una mejor cámara de fotos, soporte para 5G o un aparato con más rendimiento para disfrutar de los juegos de nueva generación.
En este caso también es hora de plantearse hacer un cambio de dispositivo. Ahora bien, si tu aparato actual funciona correctamente, plantéate venderlo para que tenga una segunda vida.
La presencia de estos problemas de manera individualizada no siempre es suficiente para justificar la inversión en un nuevo teléfono. Ahora bien, cuando aparecen más de dos señales de que hay que cambiar el teléfono, entonces sí es momento de plantearse una nueva compra, porque puedes quedarte sin móvil antes de lo que imaginas.