Hace años, rootear un móvil Android era algo que casi cualquier usuario se planteaba. Te daba muchas opciones a la hora de personalizar tu smartphone. Hoy en día no es algo tan necesario. Entre las ROMs de los fabricantes, y las mejoras en el sistema operativo, rootear un móvil Android ya no es tan imprescindible como hace algunos años. Además, existen comunidades muy activas dedicadas al rooteo que ayudan a resolver dudas, pero también confirman que para la mayoría de usuarios el sistema ya cubre lo esencial sin permisos de superusuario.
Muchas más opciones de personalización
Hace años, rootear el móvil era necesario para poder añadir muchas más opciones de personalización al móvil. Todavía hoy al rootearlo tenemos más opciones que si no lo rooteamos. Sin embargo, muchos fabricantes han integrado más opciones de personalización para su móvil, e incluso dan la opción de cambiar el diseño de la interfaz gracias a los temas. Eso no ocurría hace años, pero hoy son cada vez más los móviles que integran esta característica. Incluso nos encontramos con algunas modificaciones que antes solo se podían realizar al rootear el móvil, como la barra de color de la batería en la sección superior de la pantalla, integradas ya en algunos smartphones de serie.
Además de los temas, los sistemas actuales permiten ajustar tipografías, iconos, colores dinámicos, gestos y atajos, así como cambiar el launcher sin necesidad de root. Muchas de estas funciones se apoyan en APIs oficiales de personalización, por lo que son más estables y seguras que los antiguos parches del sistema.
Quien busca ir más allá sigue encontrando valor en el root: módulos avanzados para modificar el comportamiento de la barra de estado, el panel de notificaciones o el kernel. No obstante, conviene recordar que cada cambio profundo puede afectar a la estabilidad y al soporte de futuras actualizaciones.
Android ha mejorado mucho
Pero además de eso, Google ha mejorado mucho su sistema operativo para que rootear el móvil ya no sea tan necesario. Hay muchas nuevas opciones en el sistema operativo que antes no estaban presentes. Son sobre todo opciones para los desarrolladores, que les permiten que apps que antes solo se podían utilizar con un móvil rooteado, como pudiera ser un launcher en concreto, o una app de bloqueo de pantalla, ahora se pueda utilizar en el sistema operativo sin rootear gracias a nuevas API que se han integrado.

Esto se nota especialmente en la automatización. Usuarios que hacen domótica desde el móvil y que migran de MacroDroid a Tasker (incluso con sus helpers o suscripciones) comprueban que hoy se pueden realizar perfiles complejos sin root mediante permisos ADB, servicios de accesibilidad o soluciones como Shizuku. Aun así, hay límites: cambios en ajustes del sistema muy profundos, escritura en particiones protegidas o ciertas acciones silenciosas siguen requiriendo root.
Quienes tienen dispositivos populares (por ejemplo, modelos Samsung veteranos como un Note de gama alta) suelen preguntarse si «hacer jailbreak» ayudaría. En Android el término correcto es root, y el proceso suele implicar desbloquear el bootloader, flashear un recovery o inyectar un root «systemless» con herramientas modernas como Magisk. En algunos fabricantes hay restricciones para el desbloqueo, y en otros es más sencillo; conviene revisar la compatibilidad concreta antes de dar el paso.
Con las ventajas que tiene el no rootear el móvil, como la facilidad para actualizar el móvil cuando llega una nueva versión oficial, hoy en día la opción de rootear se convierte en una opción muy prescindible. A esto se suman aspectos como los controles de integridad de algunas apps (banca, pagos, streaming), que pueden limitarse si detectan modificaciones del sistema, incluso con ocultación por módulos.
Ventajas reales del root y riesgos que no debes ignorar
- Qué ganas con root: automatizaciones aún más profundas (acciones del sistema sin intervención), copias de seguridad completas a nivel de app y datos, bloqueo de publicidad a nivel de hosts, ajuste fino de CPU/GPU o gobernadores, y módulos que añaden funciones no previstas por el fabricante.
- Qué puedes perder: estabilidad en ciertas apps, OTAs automáticas (o se complican), posibles problemas de seguridad si concedes root a herramientas no confiables y, en algunos casos, limitaciones con servicios sensibles que se apoyan en verificaciones del dispositivo.
- Alternativas sin root: combinar Tasker con permisos otorgados por ADB, servicios de accesibilidad, Quick Settings personalizados, atajos y reglas de energía. Para muchos perfiles de usuario, eso ya cubre el 90% de lo que antes exigía root.
- Apoyo de la comunidad: existen comunidades especializadas de rooteo con altísima actividad, guías y soporte, útiles para dudas puntuales y para valorar riesgos antes de modificar el sistema.
Si te atrae la personalización y la automatización, hoy el ecosistema Android ofrece herramientas potentes sin root que reducen la necesidad de modificar el sistema. El root sigue siendo valioso para usuarios avanzados que aceptan sus compromisos y necesitan un control total; para la mayoría, el equilibrio actual de funciones, seguridad y actualizaciones hace que no rootear sea la opción más sensata en el día a día.

