¿Son los smartwatch una burbuja que está a punto de explotar?

Los relojes inteligentes son uno de los productos que más llaman la atención en la actualidad, ya que son unos accesorios que demuestran que es posible usar este tipo de productos para algo más que conocer la hora. Además, el poder sincronizarlo con un teléfono aumenta su utilidad y, por ello, muchas compañías se han decidido a lanzar modelos. Pero, lo cierto, es que los datos que se tienen de estos smartwatch no son por el momento muy positivos.

Un ejemplo de lo que digo es el muy conocido Pebble, del que en alguna ocasión os hemos hablado en Android Ayuda, que se acaba de conocer que ha vendido un millón de unidades en dos años que lleva en el mercado. Lo cierto es que esta es una cifra muy buena para el fabricante, pero si se tiene en cuenta que este modelo es considerado uno de los mejores -sino el mejor- que actualmente hay en el mercado… la percepción puede ser diferente.

Para establecer una comparación que permita valorar si esta cifra es buena, habría que decir que el reproductor Microsoft Zune llegó al millón de unidades vendidas en sólo siete meses. Y lo que ocurrió con este dispositivo es que fue cancelado y pasó al “sueño de los justos”. De esta forma, es posible que lo que está ocurriendo con los smartwatch sea una burbuja en realidad, y sirvan más para que las compañías tengan presencia que para conseguir unas ventas elevadas.

Motorola Moto 360 Cognac

Más usabilidad, la clave en el futuro de los smartwatch

Aquí es donde deben incidir las compañías que fabrican este tipo de dispositivos, como pueden ser Samsung o Sony. Aumentar las posibilidades que ofrecen estos accesorios es lo que debe buscarse para que realmente tengan un fututo en el mercado (y los diferencia de algunas pulseras inteligentes, que ofrecen muchas veces opciones muy parecidas).

Un buen ejemplo a seguir es el Gear S, que con el uso combinado con una tarjeta SIM ofrece funcionalidades avanzadas que otros modelos no. El caso es encontrar la forma de ser más útiles que lo son ahora mismo -sincronizados o no con los teléfonos-, ya que el poder gestionar notificaciones y medir el ejercicio que se hace no es suficiente para que muchos usuarios vean en estos dispositivos una solución completa (aunque bien es cierto que el efecto “llamada” tecnológica existe, pero esto no permite que las ventas sean elevadas ya que la gran masa de compradores sólo lo ven como un accesorio atractivo, pero prescindible).

Smartwatch Samsung Gear S

Y, para conseguir aumentar la utilidad de estos productos, el sistema operativo es algo básico (el hardware no tanto, ya que a día de hoy los smartwatch ofrecen componentes de suficiente capacidad para que se realicen acciones complejas, un ejemplo de esto es el uso de procesadores como el Snapdragon 400).

Apoyos importantes, la tabla de salvación

Con lo que estoy diciendo no quiero asegurar que estos accesorios wearables estén muertos, ni mucho menos ya que, por ejemplo son parte fundamental en lo que se conoce como Internet de las Cosas. Pero está claro que por el momento no se cumplen las expectativas y su impacto en el mercado es menor del esperado. Incluso, se ven superados en demanda por las mencionadas pulseras inteligentes.

La suerte para los smartwatch es que muchas e importantes compañías apuestan por ellos. Un ejemplo son fabricantes como LG, Samsung o Sony. Pero, además, dos gigantes de los sistemas operativos ven en ellos una apuesta a mantener, nos referimos a Apple y Google. Y, esto, puede ser lo que finalmente empuje a estos accesorios a ser una solución.

Android Wear

Pero es que, además, de ellos depende que los smartwatch pasen de ser una curiosidad a una necesidad para el día a día, con sus respectivos sistemas operativos (y, por extensión, usabilidad). De conseguirlo, el futuro será mucho mejor para estos dispositivos inteligentes, en caso contrario creo que los smartwatch pueden quedarse como un producto nicho que no consiga llegar a lo que se espera de ellos y las ventas sólo sirvan para compañías muy grandes (como por ejemplo Pebble).