La apuesta por Tizen por parte de Samsung es fuerte, ya que está intentando desarrollar un sistema operativo que sea una opción viable para crear todo un ecosistema, ya que la intención es poder utilizarlo tanto en teléfonos móviles y tablets como en televisores. Pero, sorprendentemente, sin ser lanzado no pasa por su mejor momento.
No es que se deje de desarrollar este sistema operativo, pero lo cierto es que por ahora la mayoría de las fechas que se han venido anunciando respecto a su llegada al mercado no se están cumpliendo y, esto, siempre es un síntoma poco recomendable. Un ejemplo de lo que decimos es que ni la operadora japonesa DoCoMo ni Orange han puesto en juego los modelos que se esperaban y habían anunciado. Y las razones que se han dado para ello son variadas, ya que la primera ha indicado que “la demanda no era la necesaria en Japón” y, la segunda operadora, se justificó diciendo que el desarrollo no estaba “lo suficiente maduro”. El caso, es que por ahora, no hay un terminal con Tizen en el mercado.
Esto hace que muchos puedan pensar que este desarrollo podría sufrir la misma suerte que MeeGo en su momento (que acabó desapareciendo y de sus brasas nació Tizen), pero lo cierto es que tanto el gasto como la implicación de Samsung no indican eso… pero no habría que descartarlo, todo hay que decirlo aunque cuesta mucho pensar esto si se tiene en cuenta que, incluso, se han realizado convenciones de desarrolladores. El caso es que hay movimientos, como por ejemplo el de Sprint que se unió a Tizen en 2012 pero que a finales del año pasado ya dijo que se centraba en “lanzamientos más inmediatos”.
¿Qué es lo que está ocurriendo?
Pues la verdad es que pueden ser varias las motivaciones existentes para que Tizen esté pasando por problemas antes incluso de llegar definitivamente al mercado, algo que todavía se espera que sea así todo hay que decirlo. El caso es que da la sensación de que Android, sistema operativo al que venía a dar respuesta, puede ser quien realmente esté fagocitando al desarrollo encabezado por Samsung.
Y esto ya se deja entrever con el acuerdo recientemente firmado por Samsung y Google, en el que por un lado han decidido compartir patentes durante un periodo de diez años y, curiosamente, la compañía coreana parece que limitará la personalización de la interfaz de usuario (algo que demandaban en Mountain View). Aparte, la venta de Motorola muestra que el creador de Android no “empujará” tanto en el mercado del hardware. En definitiva, todos ganan… menos Tizen, que ve como su potencial enemigo se posiciona ahora como el fiel aliado de su “casa madre”.
Lo cierto es que el movimiento de Google y Samsung tiene todo el sentido del mundo, ya que a los dos les va estupendamente bien en el mercado, a cada uno en lo suyo evidentemente, por lo que habrán pensado que no tiene sentido “hacerse daño” y seguir apoyando a Android es lo más lógico. El caso es que parece que esto ha retrasado los planes sobre Tizen y, quien sabe, si los cambiará definitivamente y acabará como un sistema operativo residual (lo que son buenas noticias, por ejemplo, para Windows Phone, que no tendría competencia desde abajo).
Eso sí, hay planes que todavía se mantienen, como que en el Mobile World Congress se espera que se muestre cómo se encuentra el sistema operativo y se pueda ver funcionando en diferentes terminales. Al menos, eso es lo que parece. Además, hace poco se filtró que Samsung estaba negociando con algunos desarrolladores, con productos muy conocidos, para pagar para que sus productos estuvieran presentes en Tizen (se especulaba con 100.000 dólares). Estas son las esperanzas, ya que todos los indicadores no apuntan en positivo para la creación encabezada por Samsung.
Pinta peor que Bada…
Pues personalmente era bastante optimista, pero parece que me equivoqué. Queda la «ultima bala» del MWC…