Si estás buscando un juego con el que divertirte en estas vacaciones, una de las opciones que no debes dejar de probar es What The Hen. Este desarrollo, que es completamente gratuito, permite pasar muy buenos ratos con tu terminal Android y, además, añade un poso de coleccionismo que es de agradecer.
La forma de proceder con las partidas es similar a la que se conoce de Clash Royal, lo que ya es una buena característica como presentación. El caso, es que el jugador se pone en la piel de un mago que es capaz de invocar a diferentes criaturas (todas ellas con un toque de humor muy marcado en What The Hen) y que mandan a derrotar a la que envía el rival. ¿Y cómo se consiguen esas criaturas? Pues mediante cartas que se logran al ir ganando combates… Os suena, ¿verdad?
El efecto coleccionismo es uno de los más interesantes de What The Hen, ya que permite conseguir criaturas que van desde aldeanos; pasando por simpático y locos enanos; y, como no, también existen orcos (e, incluso, creaciones mecánicas). Hay tres divisiones en el uso: tanques, que son los que más aguantan; luchadores, que hacen mucho daño pero que muchas veces al recibir un golpe pasan a mejor vida; y, además, los que combaten a distancia, que son los que disparan desde lejos. Hay una opción más, poco habitual, que son los denominado Comodines, que son de todo un poco y, lo cierto, es que no son especialmente útiles a niveles bajos -la cosas cambian cuando se evolucionan personajes-.
Es importante conseguir dinero y gemas, ya que con ellas es posible comprar evoluciones en el primero de los casos y, en el segundo, acelerar ciertas acciones con los cores que se consiguen al vencer en combates (esto, como muchos habrán pensado, ya indica que existen compras dentro de What The Hen). Aparte, hay una historia que se juega en local, sin necesidad de conexión a Internet, que es un apartado que hace a este desarrollo diferente a Clash Royal, y es de agradecer ya que permite aprender a jugar debidamente y, también, conocer todas las cartas existentes. Un par de detalles más: existen misiones puntuales donde conseguir recompensas y, como no, hay gremios a los que es posible unirse para hacer «piña».
En lo referente a los gráficos, estos son sencillos -pero divertidos- lo que permite que la compatibilidad de What The Hen con los terminales sea excelente (con modelos de cuatro núcleos y 2 GB de RAM ya funciona sin problemas). Y, en lo que tiene que ver con el sonido, este es básicos, pero, en las batallas, merece la pena tenerlo activado ya que algunos efectos ayudan a saber qué es lo que hace el rival.
Jugar a What The Hen
Pues no es nada complicado ya que es muy básico y similar a Clash Royale. Se selecciona seis cartas diferentes y, en el campo de batalla, se tiene que ir seleccionado las que se desea invocar si el maná da para ello… Estas, por cierto, tienen un tiempo de recarga para poder utilizar de nuevo. Una vez enviado el guerrero, este ejecuta las acciones que son propias de él de forma automática, por lo que se tiene que pensar en cuál enviar y en qué momento hacerlo. Así de sencillo es jugar a What The Hen.
Es importante ir evolucionando las cartas, ya que ganan poder y resistencia (y habilidades especiales), por lo que se tiene que invertir el dinero de forma coherente y no volverse loco. Además, de forma diaria se regalan ciertos cofres, monedes y gemas… pero hay que pagar peaje: ver anuncios en vídeo.
No le falta a What The Hen juego online donde los usuarios se enfrentan unos contra otros y, se ve avanzando en las diferentes arenas existentes en el juego (cuanto más alta es esta, la dificultad aumenta de forma considerable). Hay clasificación y, como no, cofres que se consiguen que tardan un tiempo en abrirse y que en su interior tiene las recompensas necesarias proa poder evolucionar a las criaturas.
Descarga What The Hen
Este desarrollo se consigue sin coste alguno en las tiendas Galaxy Apps y Play Store, con un proceso de instalación muy sencillo y sin ocupar una barbaridad en los terminales Android. Una buena opción para darle una oportunidad en Semana Santa o cualquier otro momento en el que se tenga tiempo libre para jugar.