Los relojes inteligentes siguen caminando poco a poco desde que fuera lanzado Android Wear el año pasado. Sin embargo, lo cierto es que todavía hoy hay siete problemas básicos a los que nos seguimos enfrentando en el mundo de los wearables, y que es necesario que se solucionen. Nos centramos en los cuatro primeros.
1.- Necesitan otro dispositivo
Los relojes inteligentes de hoy en día no son nada sin un smartphone. A priori, son parecidos a los móviles, pues tienen procesador, memoria RAM, memora interna, pantalla, y hasta una antena WiFi. Sin embargo, siguen necesitando el smartphone casi al completo. Sí, es cierto que ahora se ha intentado con eso de activar la conexión WiFi que sean algo más autónomos, pero la realidad es que sin un móvil no son nada. Al final, el razonamiento es, me compro un reloj inteligente, y resulta que necesito un móvil también, al menos, del mismo nivel.
2.- Su conexión con el móvil es mala
Pero es que, a lo anterior hay que sumar algo que es lamentable, y es que la conexión entre reloj y móvil es malísima. Y da igual si hablamos de Android o del Apple Watch. No será nada raro que en algún momento tu móvil no esté conectado a tu reloj inteligente. Quizás sea necesario que enciendas la pantalla del móvil para que este se conecte. ¿Por qué? Quizás porque el móvil desconecta el Bluetooth para ahorrar batería, quizás porque ha fallado y no ha conseguido reconectar. Es posible que hasta esa sea la configuración por defecto y tú no lo sepas, o no haya forma de cambiarlo. La cuestión es que cada cierto tiempo, la conexión móvil/reloj no funciona, y es necesario recolectarlos.
3.- Mala reacción
Otra de las características que llevo viendo desde los primeros relojes inteligentes y que está integrada hasta en el Apple Watch, y que yo siempre desactivo. Se trata de la posibilidad de activar el reloj al girar la muñeca. Y cuando digo eso, me refiero a tener que girar la muñeca cuatro veces para poder mirar la hora. Es ese momento en el que le enseñas tu nuevo Motorola Moto 360 a un amigo, y la pantalla no se activa. Tú le ves la cara, y sabes que estás obligado a decir «Es que todavía tiene errores», mientras su sonrisa te quiere transmitir que se siente afortunado por no haberse gastado el dinero que tú sí te has gastado en ese dispositivo que tiene errores.
4.- No se puede usar con una mano
Se supone que el reloj inteligente es ese dispositivo perfecto para poder ejecutar acciones sin sacar el móvil. Pero de poco vale si al final tenemos que utilizar las dos manos para usar el reloj inteligente, en una pantalla notablemente más pequeña e incómoda de utilizar. Claro, es cierto que es una limitación propia de un reloj que llevamos en una muñeca, y que será imposible de utilizar si no usamos la mano contraria. Se está hablando ya de utilizarlo con gestos, con giros de muñeca y demás, pero si ni siquiera son capaces de reconocer cuándo queremos activar la pantalla, cuanto ni más cuando queremos ejecutar diferentes acciones. Quizás el uso de la voz podría ser el futuro, pero de momento, aquí tenemos cuatro cosas en la que los relojes inteligentes todavía tienen mucho que mejorar. En el próximo post, hablaremos sobre otras tres cosas que podría cambiar el mundo de los relojes inteligentes y hacerlos mucho más útiles.