La carrera tecnológica en la que todos nosotros estamos inmersos resulta a veces un tanto vertiginosa. Si hace ‘cuatro días’ como aquel que dice, hablábamos de la aparición del Qualcomm Snapdragon 800, uno de los chipsets más potentes con sus 2,3 gigahercios y arquitectura de 28 nanómetros, ahora nos llegan noticias de que la próxima generación de procesadores ARM funcionará a tres gigahercios y será un 30 por ciento más rápida gracias a su fabricación con tecnología de 20 nanómetros.
Todo ello sin que hayan llegado aún al mercado los Tegra 4 de NVIDIA, pero con TSMC y GlobalFoundries preparando para 2014 la llegada de los procesadores llamados a elevar el listón de la velocidad y potencia de procesamiento del cerebro de nuestros smartphones.
Las previsiones sobre estos futuros chipset afirman que la arquitectura de 20 nanómetros podría obtener unas velocidades de reloj del procesador un 30 por ciento más rápidas que las actuales, a las que habría que añadir un 25 por ciento menos de consumo de energía que los procesadores existentes en el mercado.
Este recorte sustancial en el consumo energético podría traducirse en baterías más duraderas, con lo que al aumento de velocidad de procesamiento en nuestros dispositivos móviles se le sumaría la igualmente positiva noticia de una mayor autonomía, algo que hará que muchos usuarios miremos con mejore ojos la esperanzadora llegada de esta nueva generación de procesadores.
De todas formas, no dejan de ser previsiones o hipótesis de los que podemos esperar a casi seis meses vista. Un plazo en el que la competencia, como Intel o AMD, no se estará quieta y en cuyo entorno ya empiezan a escucharse cantos de sirena con respecto a la posible llegada de procesadores fabricados con tecnología de 14 nanómetros posiblemente destinados al sector tablet. Sea como fuere, nos tocará esperar para ambas cosas.