Los móviles modulares murieron antes de aparecer

Project Ara

Parecía que era el futuro, o al menos eso es lo que pensaron primero en Motorola y después en Google. Móviles que, como los ordenadores en el pasado (y en el presente, aunque cada vez de forma menos común), podían modularizarse y confeccionarse bajo demanda. Sin embargo, lo cierto es que ha quedado claro que los móviles modulares no han tenido ningún éxito ni lo iban a tener. Y es que murieron antes incluso de llegar a aparecer.

Los móviles, crónica de una muerte anunciada

Y es que, no debemos equivocarnos, estamos viviendo la última época que viviremos de los smartphones. Los móviles no sobrevivirán muchas más generaciones, muchos más años. Los relojes inteligentes parecen ser el futuro, y sea como sea, lo que está claro es que los fabricantes principales no van a dejar que cada vez puedan llegar fabricantes menos conocidos, y lanzar móviles con un precio más económico, y con características parecidas a los buques insignia. Para eso, plantearán un giro radical en el mercado, y los relojes inteligentes tienen todas las de ganar. ¿Cuándo? No queda claro, dependerá de lo que tengan ya desarrollado las compañías, pero probablemente de aquí a uno o dos años. Lo que está claro es que los móviles van a ir muriendo, y veremos otro futuro diferente. En ese marco, hablar de un móvil modular no tiene sentido, por algo muy simple. Si los móviles mueren, los móviles modulares no tienen ningún interés.

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Las dificultades técnicas

Pero es que a todo lo anterior todavía hay que añadir una cosa, las grandes dificultades técnicas a las que se enfrentan los ingenieros que trabajan en el proyecto del móvil modular. Tuvieron problemas de comunicación entre los módulos. Casi han tenido que desarrollar una nueva forma de comunicación entre los módulos, lo que ya plantea un problema. Pero aun así, Google no tenía bien solucionado el problema del software y de la integración de Android en un móvil de este tipo. Con todo esto por solucionar, al móvil modular le quedaban unos cuantos años. Y lo que está claro es que el mercado cambia tan rápida que lo que no se puede lanzar en poco tiempo acaba muriendo. Es el caso de las Google Glass. Pero también vemos una demostración evidente, aunque en la dirección contraria, con la realidad virtual. Hace dos años, no se hablaba de ellos. Hoy en día Google tiene su propia plataforma para que los desarrolladores trabajen en la realidad virtual, y va a lanzar sus propias gafas para utilizar esta tecnología. Sin que haya planteamientos técnicos complejos, sino con los conocimientos que ya se tienen. El móvil modular tiene demasiados obstáculos, y otras plataformas tecnológicas muy pocos.