Ya es algo habitual el encontrar noticias respecto a las acusaciones entre Samsung y Apple respecto a que uno u otro ha infringido patentes de su “rival”. No hace mucho Apple consiguió una gran victoria en California, pero últimamente la compañía coreana estaba ganando recurso tras recurso en EEUU que le permitía, por ejemplo, volver a vender en ese país su Galaxy Nexus.
Pues bien, animada por esto y para presentar batalla a Apple, hace no mucho tiempo que Samsung presentó una reclamación por patentes en Japón en la que esgrimía que los de Cupertino habían infringido tres patentes de su propiedad y, por ello, pedía que se detuviera la venta de algunos de sus productos, como por ejemplo iPhone 5. El resultado ha sido que se ha rechazado dicha reclamación en dos de los casos (el tercero queda pendiente de valoración) y, por lo tanto, en este caso la desarrolladora de la gama Galaxy no ha ganado y los productos de Apple se pueden vender de forma normal.
La verdad es que este tipo de decisiones son las que, posiblemente, favorezcan más al mercado en lo que respecta a innovación, ya que si estas sentencias (a no ser que existan cosas manifiestamente claras que demuestren que son copias exactas), se generalizasen, lo más probable es que los esfuerzos se centrarían en mejorar los productos y buscar nuevas opciones para el mercado. Y esto sería así independientemente de que fuera una u otra la compañía que presente la denuncia.
¿Una estrategia de Samsung?
La verdad es que muchos son los que dicen que dicen que, en realidad, Samsung no tiene caso alguno que presentar en los juzgados para conseguir retirar de las tiendas los productos de Apple. Uno de ellos es Floriant Mueller de FOSS Patents, que va un paso más allá e indica que lo que busca la compañía coreana es retrasar el cumplimiento de los pagos de la sentencia de California.
No sabemos realmente cual es el objetivo de Samsung ni el de Apple, pero la verdad es que esta “guerra de patentes” ya se está alargando en exceso y, quizá, lo mejor sería llegar a un acuerdo… pero, claro, las compañías buscan lo que creen que es mejor para ellas. Y, ahí, ¿dónde queda lo que es bueno para los usuarios?
