El iPhone 6, ese smartphone destinado convertirse en uno de los más vendidos del mercado. Y sorprendente no será porque lo compren ricos, sino porque incluso los pobres harán esfuerzos por comprar un smartphone que, en realidad, no vale tanto como cuesta. Y si no lo creéis, echadle un vistazo a estas 8 cosas que puedes hacer en Android y que no puedes realizar en un iPhone.
1.- Almacenamiento ampliable
Si alguna vez has tenido que comprar un iPhone o un iPad seguro que sabes lo que es tener que elegir qué versión de memoria compras. Eso es porque la memoria de los iPhone y iPad no es ampliable. Lo peor es que elegir la opción de memoria superior en un iPhone cuesta 100 euros más en cada caso. No es lo que ocurre con un Android. La mayoría de los smartphones con el sistema operativo de Google permiten ampliar la memoria por medio de una tarjeta microSD. Eso nos permite instalar una tarjeta de 16 GB, 32 GB o incluso 128 GB. Pero lo mejor de todo es que si dentro de un año nos parece poco, podemos comprar una de una capacidad superior. Contar con una tarjeta de memoria tiene beneficios importantes. Por un lado, podemos cambiarla por otra en cualquier momento, de manera que si queremos extraer lo que llevamos en una para formatearla e instalar otra, podamos hacerlo. Por otro lado, la tarjeta de memoria la podemos utilizar en un nuevo smartphone que compremos, por lo que gastarnos un dinero en comprar una tarjeta de memoria implica poder aprovecharlo con el siguiente teléfono inteligente, algo imposible en un iPhone. Si nos gastamos 100 euros más para tener una capacidad de memoria superior, nunca podremos aprovechar esos 100 euros para tener una mayor capacidad en el siguiente iPhone que compremos.
Además de la microSD, muchos teléfonos Android permiten conectar memorias externas y discos mediante USB OTG, lo que multiplica las opciones para mover fotos, vídeos y documentos sin depender de la nube. En iPhone, esa flexibilidad se limita a soluciones concretas y a apps específicas.

2.- Batería sustituible
También son muchos los smartphones Android que permiten sustituir la batería del teléfono inteligente. Mientras que esto es algo que nunca conseguirás con un iPhone, teniendo un Android puedes asegurarte de que nunca te quedas sin batería llevando otra contigo. De tal manera que si te quedas sin batería cuando te vas de viaje, por ejemplo, solo tienes que sustituir la batería por la otra que llevas para aumentar al doble la autonomía del teléfono inteligente. Y sí, existen las baterías externas, pero, ¿quién quiere llevar una segunda batería conectada al smartphone cuando puedes llevar el smartphone con su propia batería sin más?
Conviene matizar que, aunque hoy muchos Android también apuestan por diseños sellados, sigue habiendo modelos con batería extraíble y, sobre todo, abundan opciones de carga rápida y power banks que aprovechan la apertura del ecosistema USB, algo donde Android mantiene gran ventaja por variedad de estándares y velocidades.
3.- Carga inalámbrica
Todos esos usuarios fanáticos de Apple que creían que la compañía de Cupertino era la más innovadora del mundo, se han llevado una sorpresa al descubrir que su querido iPhone depende de un cable para ser cargado. Sí, es un cable Lighting de última tecnología, pero ¿dónde está la tan mencionada tecnología inalámbrica? No es estándar, pero en algunos Android encontrarás la posibilidad de cargar la batería de forma inalámbrica. Es el caso de los Nexus, de algunos LG, Sony y Samsung.
Actualización necesaria: hoy en día muchos iPhone también admiten carga inalámbrica Qi, pero Android sigue destacando por la amplia compatibilidad con estaciones Qi y Qi2, además de funciones añadidas como la carga inalámbrica inversa en numerosos modelos para dar energía a auriculares o a otro móvil.
4.- Con Android tendrás ocho mil cables de carga
Es imprescindible llevar el cargador del iPad. Porque vaya donde vaya, estoy casi seguro de que podré cargar la batería de mi Android con el cargador de alguna persona, pero no ocurre lo mismo con el iPad, donde uno no solo depende de que alguna persona tenga un iPhone o un iPad, sino también de que sea de nueva generación. Lo mejor de Android es que con el paso de los años acabas contando con una gran cantidad de cables microUSB en casa y adaptadores de corriente. De manera que encontrar uno para cargar el smartphone es cuestión de segundos.
El estándar USB-C ha reforzado ese efecto: la gran mayoría de teléfonos Android usan el mismo conector y cargadores compatibles. En el ecosistema iPhone, el movimiento hacia USB-C mejora la interoperabilidad, pero Android conserva más opciones de potencia y accesorios disponibles a precios muy variados.
5.- Multitarea
He dicho multitarea, pero claro, esa palabra para los usuarios de iPhone significa simplemente poder ver las últimas aplicaciones utilizadas y elegir cuál ejecutar. Quizás debería haber dicho Multiventana. Tanto en los Samsung como en los LG de gama alta es posible ejecutar dos aplicaciones a la vez, y ver cada una en una mitad de la pantalla. Puedes estar respondiendo al pesado de tu jefe por WhatsApp mientras ves un vídeo en Youtube. Reconocedlo, esa posibilidad sí que vale la pena.
Además de dividir la pantalla, en Android muchos fabricantes incorporan ventanas flotantes tipo “picture-in-picture” y modos pop-up para apps como mensajería o vídeo, de modo que trabajas en paralelo sin salir de lo que estás haciendo. En iPhone, estas funciones están más limitadas a apps y contextos concretos.
6.- Sensores y conectividad
Lo peor de comprar un iPhone es que estás comprando un smartphone de una compañía que no se plantea que pueda estar equivocándose. Es lo que ha hecho que su smartphone de gama alta lanzados hace tan solo un año, el iPhone 5s, no cuente con NFC, cuando es una característica común en la mayoría de los Android. Claro, ahora sí que lo lleva, pero solo servirá para realizar pagos con Apple Pay. Hay altavoces inalámbricos que se sincronizan con el smartphone por medio de NFC, pero nunca podrás sincronizarlo con un iPhone 6, porque aunque lleve NFC, solo sirve para hacer pagos. Y es que, Apple es la que decide qué componentes lleva su smartphone. Mientras tanto, las compañías tratan de añadir todos los componentes posibles, y buscando siempre responder a las demandas de los usuarios. La consecuencia es que los teléfonos con Android cuentan con más sensores, y más componentes de conectividad, y sobre todo, puedan ser utilizados por los desarrolladores y los usuarios.
En Android, el NFC es abierto para emparejar altavoces, compartir archivos o leer etiquetas, y se suman tecnologías como UWB, infrarrojos o puertos específicos según fabricante. Esa amplitud da lugar a más accesorios compatibles y a usos creativos en domótica, pagos, automatización y más.
7.- Launchers y personalización
Este argumento es tan clásico como el de que con un iPhone, un iPad y un Mac tienes todos tus archivos en todos los dispositivos aunque la foto la hayas tomado solo con uno. Esto último es cierto, cuando tienes conexión a Internet, y cuando no han lanzado una actualización cuya compatibilidad con iCloud de uno de esos dispositivos no es compatible con la compatibilidad con iCloud de otro de esos dispositivos. Pero más cierto es que los Android tienen muchas más opciones de personalización. Muchos son los casos en los que se ha conseguido instalar un launcher para crear nuestra propia interfaz de escritorio. Pero si no es así, no importa, porque tenemos el Material Design de Google, tenemos las interfaces de Samsung, Sony, LG y HTC, y por si fuera poco, solo tenemos que instalar un launcher para crear nuestra propia interfaz de escritorio. Lo más complicado acaba siendo elegir qué launcher queremos instalar.
Android es el rey de la personalización: puedes cambiar iconos, fuentes, animaciones, pantalla de bloqueo, escritorio y mucho más con launchers como Nova Launcher, además de capas con tema dinámico. Con herramientas avanzadas como Shizuku puedes modificar ajustes sin root en dispositivos compatibles, llevando la experiencia a tu estilo sin complicaciones.


8.- Aplicaciones por defecto
Mirad que iOS me gusta, y el iPhone 6 Plus todavía más. Pero no me gusta nada no poder cambiar las aplicaciones por defecto. ¿Por qué tengo que tener Safari como navegador de Internet principal si yo uso Chrome? ¿Por qué tengo que tener la aplicación de Correo de Apple como la principal cuando yo uso Gmail? No me gusta nada eso. Lo demás es una cuestión de si un menú es más oscuro que otro, de si se puede personalizar más o menos, o si de hay que dar 10 pasos para llegar a él ó 20. Pero, ¿por qué tiene Apple que obligarme a utilizar como aplicación por defecto las suyas? En Android, como todos sabemos, cuando instalamos una nueva aplicación de una determinada categoría, como un Launcher, la siguiente vez que pulsamos el botón Home se nos pregunta cuál queremos usar, pues se han borrado las opciones de aplicación por defecto. Esa libertad, ahora que hay muchas más aplicaciones de calidad de las que habían antes, y que están presentes tanto en iOS como en Android, me hace decantarme por Android como la mejor opción para cualquier usuario avanzado. Todo ello por no hablar de que el Nexus 6 podría sorprender. De momento, sabemos que con una pantalla de 6 pulgadas podría ser incluso más pequeño que el iPhone 6 Plus con pantalla de 5,5 pulgadas.
En iPhone se han abierto cambios puntuales para navegador o correo por defecto, pero Android sigue permitiendo elegir app predeterminada en casi cualquier categoría (teléfono, SMS, asistente, launcher, cámara, mapas, etc.), y resetear esas preferencias con un toque cuando quieras variar el flujo.

9.- Más funciones útiles que Android ofrece y iPhone no
Además de los puntos anteriores, hay una amplia lista de ventajas prácticas que muchos usuarios de Android disfrutan y que, o bien no existen en iPhone, o son más limitadas. A continuación las más destacadas y cómo se traducen en el día a día:
- Instalación de apps desde fuera de la tienda (sideloading). En Android puedes instalar APK y usar tiendas alternativas como F-Droid o Aurora Store, lo que se traduce en libertad total para probar software, versiones beta o apps retiradas. En iPhone, sin jailbreak, la instalación está restringida a la tienda oficial.
- Multiventana, pantalla partida y ventanas flotantes. Android ofrece dividir la pantalla de forma nativa y fabricantes como Samsung o Xiaomi añaden apps flotantes. Es ideal para ver un vídeo mientras respondes mensajes o tomar notas sin cerrar un PDF. En iPhone, esas funciones no están disponibles de forma general en el móvil.
- Copiar texto desde la vista de apps recientes. En la pantalla de recientes de Android puedes seleccionar y copiar texto de apps abiertas en segundo plano, agilizando tareas como compartir fragmentos entre apps sin entrar en cada una.
- Capturas de pantalla con desplazamiento. Android permite hacer screenshots extensos que capturan páginas completas, chats o listas largas. Es más versátil que limitar la función a algunas apps.
- Personalización profunda. Además de launchers, Android admite packs de iconos, widgets avanzados y temas a nivel de sistema. Herramientas como Shizuku desbloquean ajustes útiles sin necesidad de root.
- Sincronización en segundo plano real. Android facilita que apps como Spotify, Netflix o Google Fotos descarguen y sincronicen con la pantalla apagada y sin intervención manual, optimizando tiempos y batería.
- Integración completa con el ecosistema de Google. Aunque las apps de Google también están en iPhone, en Android se integran más profundamente en el sistema, con servicios y APIs que conectan mejor entre sí.
- Elección del modo de navegación. Puedes usar gestos o los botones clásicos (Atrás, Inicio, Recientes). Esta flexibilidad mejora la ergonomía y se adapta a preferencias o a pantallas grandes.
- Cajón de aplicaciones. El app drawer mantiene la pantalla de inicio limpia; todos los iconos se organizan en un espacio aparte, con búsqueda rápida y filtros. Si tu móvil no lo trae, lo añades con un launcher en 1 minuto.
- Acceso a almacenamiento externo y periféricos (OTG). Conectas pendrives, discos, teclados o ratones por USB-C/OTG y gestionas archivos con libertad. Es práctico para trabajar sin portátil o transferir material pesado.
- Always-On Display (AOD). Una pantalla siempre encendida con hora, notificaciones y música sin despertar el teléfono. Ayuda a ahorrar batería evitando encendidos constantes y aporta estética y utilidad.
- Usuarios múltiples y perfiles invitado. Los Android permiten perfiles de usuario e invitado, ideal para prestar el móvil, separar ocio/trabajo o crear modos para niños.
- Clonar apps. Muchos fabricantes incluyen duplicación de aplicaciones para llevar dos cuentas (por ejemplo, dos WhatsApp) en paralelo y aisladas sin trucos.
- Root y ROMs personalizadas. Si quieres ir más allá, Android te permite desbloquear el bootloader, obtener root o instalar ROMs para ampliar funciones o alargar la vida útil del dispositivo.
- Menú compartir universal y Bluetooth abierto. El menú Compartir de Android conecta con casi cualquier app instalada y el Bluetooth permite transferir archivos con cualquier dispositivo, sin depender de que sea del mismo ecosistema.
- Botón Atrás coherente. El gesto o botón Atrás funciona de forma consistente en todo el sistema y apps, acelerando tareas y navegación.
- Mapas de Google y navegación. Google Maps ofrece cartografía muy completa, rutas multimodales y descargas offline que suelen rendir mejor en Android por integración profunda.
- Permisos granulares y canales de notificación. Android permite ajustar permisos al detalle (sensores, localización, notificaciones) y canales para silenciar solo lo que molesta sin perder avisos importantes.

Notas prácticas adicionales que consolidan la experiencia en Android
Más allá de la lista, hay usos reales que demuestran por qué estas funciones marcan diferencia. Compartir archivos grandes por Bluetooth o por USB OTG puede salvarte cuando no hay cobertura, mientras que el cajón de aplicaciones evita tener veinte pantallas llenas de iconos. La sincronización en segundo plano te permite llegar al metro con tu música descargada y sin encender la pantalla, y la pantalla partida te ayuda a redactar mientras lees un documento, o a seguir una clase con un vídeo abierto junto a tus apuntes.
En personalización, tener un launcher ajustado a tu manera cambia la productividad: gestos en la pantalla de inicio para abrir búsquedas directas, deslizamientos para expandir notificaciones, doble toque para bloquear o apagar pantalla. Estos detalles, sumados a los canales de notificación, hacen que cada móvil Android pueda ser único y realmente tuyo.

Widgets, automatizaciones y ecosistema: el plus del día a día
Un punto a menudo infravalorado: los widgets en Android son interactivos y admiten acciones rápidas desde el escritorio. Desde ver tareas y marcar como hechas, controlar listas de reproducción o encender dispositivos del hogar sin abrir apps, su potencial es enorme.
En automatización, aunque iPhone cuenta con Atajos, en Android hay propuestas como Tasker o la integración con Google Assistant que permiten perfiles contextuales (ubicación, red WiFi, hora, auriculares conectados) para cambiar modo de sonido, abrir apps, ejecutar scripts o lanzar rutinas cuando llegas al trabajo o conectas el coche.

¿Y la seguridad? Permisos, actualizaciones y control del usuario
La seguridad importa y mucho. iPhone destaca por su control de la tienda, revisión manual y actualizaciones regulares. Android, por su parte, permite un control granular de permisos (ubicación aproximada/precisa, sensores, accesos puntuales) y un sistema de notificaciones por canales que evita “matar” una app completa si solo te molestan algunos avisos.
La clave está en que Android te da herramientas para decidir: puedes instalar solo desde Play Store si así lo prefieres o incluso usar Android sin cuenta de Google, activar el Google Play Protect, gestionar permisos sensibles y mantener la flexibilidad para cuando de verdad la necesitas (sideloading, tiendas alternativas) con sentido común.

Cuando pasas de un iPhone a Android: qué notas al instante
Si vienes de iPhone y pruebas Android, rápidamente aprecias el botón/gesto Atrás consistente en todo el sistema, el menú compartir que habla con todas tus apps, el cajón de aplicaciones que ordena el caos y la posibilidad de duplicar apps para separar vida personal y trabajo. También notarás que conectarte a un ordenador y arrastrar archivos es tan simple como usar un cable USB-C, sin depender de software intermedio.
¿Eres de los que toman capturas constantemente? Las capturas con desplazamiento y la opción de copiar texto desde recientes te ahorran tiempo cada día. Y si llevas muchas cuentas (correo, almacenamiento, mensajería), los perfiles de usuario o el clon de apps simplifican mantener todo a raya.

Android y iPhone se parecen en lo esencial, pero difieren en filosofía: Android pone el control en tus manos con más vías para personalizar, automatizar e integrar, mientras que iPhone apuesta por la simplicidad guiada. Si valoras elegir tus apps por defecto, ajustar cada permiso, activar la multiventana, usar almacenamiento externo o instalar tiendas alternativas, Android te recompensa con una experiencia extremadamente versátil.


