Nadie diría que Google es una empresa sin ánimo de lucro. Está muy claro que la prioridad de una compañía así siempre es ganar dinero, incluso cuando a veces gran parte de su trabajo sea ofrecer servicios o productos que no cobra. Aun así, es una compañía rentable. Y va a seguir con la misma estrategia en el futuro, va a llevar el Open Source, al mundo del hardware.
¿Qué es el Open Source?
Para hablar de esto no podemos empezar de otra manera que explicando qué es el Open Source. Para muchos, esta palabra es sinónimo de gratis. Todos los proyectos Open Source son proyectos gratuitos, pero no ocurre igual a la inversa. Este término de dos palabras también puede ser traducido como Código Libre, o Código Abierto. Cualquier programa, proyecto, lo que sea, Open Source, puede ser modificado, adaptado, o utilizado, por cualquier otra persona sin ningún tipo de condición, salvo el hecho de ofrecer las mismas libertades a los demás. Los proyectos Open Source siempre han favorecido el hecho de que la comunidad trabajara unida para mejorar y añadir funciones a un determinado programa, por ejemplo. Casi, hoy asociamos este término a la colaboración de una comunidad para construir algo. Y nos vamos a quedar con esta última acepción para hablar sobre el futuro de Google.
Google y Android
No era fácil competir contra iOS. Uno de los desarrolladores de Android cuando no habían sido lanzados los sistemas operativos de Google ni Apple, reconoció que estaban desarrollando Android para competir con lo que entonces había en el mercado. Sabían que iban a superar a Windows Mobile, y era su objetivo. Pero contaba que entonces Apple presentó el iPhone, y se dieron cuenta de que tenían que empezar desde cero, porque lo que tenían no iba a poder competir contra iOS. Y así fue, crearon un nuevo Android, uno que se ha convertido en el sistema operativo más exitoso del mundo. ¿Por qué? Porque permitía a los fabricantes utilizarlo y modificarlo para instalarlo en sus smartphones. Porque permitía a los propios usuarios modificarlo. Porque los límites solo existían en el silicio de los procesadores, pues los desarrolladores podían tratar de ejecutar cualquier proceso que quisieran, incluso aunque aquello hiciera que el móvil pasara a ser inútil. Pero eso es lo que hico que Android creciera tanto, el que, en parte, fuera de todos. No era un sistema operativo que una compañía había presentado como lo mejor del mundo y que nos vendía en sus carísimos teléfonos móviles, sino algo que cualquiera de nosotros podía modificar y adaptarlo como quisiera, incluso aunque eso supusiera que los que tenían la manzanita les dijeran que no tenían estilo. Curiosamente, muchos de esos de la manzanita ahora han pasado a Android y afirman que, en parte, iOS era algo aburrido en comparación con Android.
Y llevaban razón antes. Android no tenía estilo, así era antes. Lo que no era tan fácil de ver antes es que un óleo en blanco tampoco tiene ningún estilo, pero nos da las posibilidades que nosotros queramos. Los desarrolladores de alto nivel están creando aplicaciones, interfaces y ROMs que ni se hubieran imaginado antes. Los diseñadores, por su parte, están diseñando sus smartphones. Combinan los fondos de pantalla que quieren, con los widgets que quieren, con los iconos que quieren. Los launchers les permiten personalizar la cantidad de iconos que aparecen en cada página, el tamaño de estos, e incluso la imagen del icono de cada una de las aplicaciones. Antes Android tenía menos estilo. Ahora, incluso aunque iOS tenga muchísimo estilo, Android tiene miles y miles de configuraciones posibles que van desde la elegancia máxima, hasta el minimalismo total. Y lo mejor, un buen launcher y un set de iconos nos puede costar menos de cuatro euros, y podemos cambiarlo cuando queramos.
Esa libertad, y el poder colaborar entre todos para crear algo mejor de lo que ya existe es lo que ha hecho que Android se haga tan grande. Y el que Android se haya hecho tan grande es lo que ha hecho que Google sea ahora una compañía tan rentable.
Google y el proyecto Ara
En el futuro, estaremos leyendo un artículo de este tipo dedicado únicamente a lo que ha conseguido la compañía de Mountain View para el mundo del hardware. Porque si en el software ya nos parece que han hecho una hazaña, todavía hay que esperar a lo que está por llegar. El Proyecto Ara es mucho más que trabajo para unos cuantos empleados de Google. Es llevar la esencia de Android al hardware, el Open Source, por así llamarlo, a los componentes. Con los smartphones del Proyecto Ara, solo compraremos una base en la cual habrá que instalar distintos componentes. Estos componentes no tienen por qué ser solo de Apple, Sony o Samsung, pueden ser de todas ellas a la vez, o de ninguna. Podemos comprar los componentes chinos que vendan en Deal Extreme, o directamente comprar los que vende una empresa dedicada al lujo bañados en oro. Que Sony fabrica las mejores cámaras, LG las mejores baterías, y Samsung las mejores pantallas AMOLED, pues no pasa nada, compramos uno de cada.
Pero hay más. En Android, pequeños desarrolladores han creado aplicaciones que grandes compañías no han conseguido, como es el caso de WhatsApp. También han creado ROMs mucho mejores que las de grandes fabricantes, como CyanogenMod. Su fundador fue contratado por Samsung, y ahora Cyanogen es una empresa rentable. No solo los desarrolladores pueden crear aplicaciones, sino que una pequeña fábrica se podrá permitir el lujo de lanzar 100 unidades de un pequeño componente y venderlo en una tienda de electrónica de Albacete. Si se vende bien, saben que pueden fabricar en mayor escala. Una pequeña empresa tecnológica creada por unos estudiantes podrán crear unos componentes innovadores y revolucionarios que son capaces de reconocer nuestra retina. No tienen que vendérselo a Samsung, ni tienen que crear un smartphone propio que lo incluya. Solo tienen que fabricarlo a pequeña escala, venderlo y lanzar una app que optimice el sistema. Sigue siendo complicado, pero es una posibilidad que antes no existía, salvo que una gran compañía comprar el sistema.
Solo pensemos en las plataformas de crowdfunding llenas de este tipo de componentes. Las ideas de millones de personas que podrían aplicarse. Las posibilidades son tan amplias, que el que es capaz de verlo desde ese punto de vista entiende a la perfección que Google no va a parar hasta que el proyecto no esté funcionando y esté en el mercado. Es su forma de actuar, encaja a la perfección con la esencia de Google, y por eso el móvil modular va a ser una realidad, porque además tienen los recursos como para que llegue al mercado. Su éxito dependerá de nuevo de la comunidad, pero no hay duda del potencial que tiene. Si algún día llega a tener éxito, habrá que ver entonces cómo les va a empresas que siempre se han limitado a crear lo que ellos consideran que es lo mejor.
Muy. Pero muy buen post es de los pocos q volvería a leer. Ahora… Ojala y. A Google no le de por. Cancelar el proyecto porque ya me estoy imaginando. Mi (verdadero) smartphone tipo transformers o con las extravagancias de hardware que siempre eh querido y ningún fabricante coloca del todo
Saludos
TR3ITON